En el final de la 2da. década del siglo 21 está ocurriendo una dura guerra frontal, de escala internacional, por la cuestión de género, el aborto, la despenalización del consumo de drogas y cómo se entiende el concepto de "educación" en el siglo 21. En un contexto de disolución del concepto de "familia" tal como…
En el final de la 2da. década del siglo 21 está ocurriendo una dura guerra frontal, de escala internacional, por la cuestión de género, el aborto, la despenalización del consumo de drogas y cómo se entiende el concepto de “educación” en el siglo 21.
En un contexto de disolución del concepto de “familia” tal como se lo conocía otrora, el tema es complejo y con consecuencias enormes sobre el tejido sociocultural de toda sociedad.
Resulta, por si hiciera falta expresarlo, no sólo un debate moral sino también espiritual.
** ¿Es necesario cambiar los valores?
** ¿Los valores son colectivos o individuales?
** ¿Qué valores son permanentes y cuáles no?
** ¿Acaso es posible tener valores de corta duración?
** ¿Es posible imaginar una sociedad sin valores colectivos?
** ¿Es posible imponerle al individuo un valor colectivo por sobre sus decisiones personales?
** ¿Y el libre albedrío?
Estos interrogantes van tanto para un lado como para el otro, en este frente de batalla extenso, encarnizado y sin tregua.
El colectivo despenalizador/desrregulador inició la confrontación varias décadas atrás, y no esperaba en tiempos contemporáneos la reacción de las organizaciones cristianas.
Sucedió que estaba seguro en su zona de confort que resulta del monopolio del concepto ‘progresista‘, que sin embargo resulta tan impreciso como trivial. Del otro lado la palabra ‘conservador‘, que es bien diferente cuando es una acusación que cuando es una reivindicación.
En un escenario de partidos políticos que carecen de credibilidad y líderes devaluados, estas organizaciones no gubernamentales ganan espacio en la agenda de la sociedad, intentan imponer criterios y procuran influenciar más que sus rivales.
¿Cuál será el próximo concepto que intentará imponer quien triunfe en esta batalla?
Por supuesto que hay peligro de autoritarismo en ambos extremos porque en la crisis, pierde fortaleza el equilibrio.
Luego, la Biblia tiene un mensaje presente, que unos interpretan de una forma, y los otros discrepan y hasta distorsionan. ¿Quién busca la verdad y quién sólo quiere fundamentar su propia opinión?
La otra gran pregunta sigue siendo dónde está el amor de Dios y el amor por el prójimo.
Una pregunta: si durante años los ‘progresistas‘ han trabajo para imponerle su relato a la sociedad ¿por qué estaría mal que las organizaciones cristianas intenten hacer lo mismo?
Hay que comenzar… por el comienzo.
Construyendo una defensa
William Bright, quien falleció el 19/07/2003, fue un evangelista estadounidense, que en 1951, durante sus días de estudiante en University of California, Los Angeles, fundó la organización Campus Crusade for Christ (Cruzada por un Campus para Cristo).
Al año siguiente escribió “The Four Spiritual Laws” (Las Cuatro Leyes Espirituales), en 1979 aportó los US$ 6 millones para producir el film “Jesus”, pero es recordado porque en 1993 lideró una embestida contra la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (American Civil Liberties Union o ACLU).
El tema es muy interesante porque en su origen la ACLU (cuyas siglas eran NCLB) tuvo un rol muy positivo en la defensa de los objetores de conciencia procesados bajo la Ley de Espionaje (Espionage Act) en 1917 o la Ley de Sedición (Sedition Act) de 1918.
En 2001, la ACLU -que en 1940 eliminó toda presencia comunista entre sus partidarios- logró un gran reconocimiento por su reclamo para que la USA Patriot Act, legislación que impulsó George W. Bush, no mermara las libertades civiles luego de los atentados del 11/09.
El problema de la ACLU es cuando incursionó en tres temas en los que ciertos excesos quedaron en evidencia:
** La descriminalización del consumo de drogas tales como la heroína, cocaína y marihuana;
** La afirmación de los derechos reproductivos, incluyendo el aborto libre;
** La afirmación de los derechos civiles completos para homosexuales, bisexuales y transexuales (LGBT), incluyendo beneficios gubernamentales para parejas homosexuales iguales a los proporcionados a las heterosexuales.
Bright estaba convencido que la ACLU promovía la erosión de ciertos valores éticos y morales
En 1993, él fue cofundador y presidente de Alliance Defense Fund (Fondo de Defensa de la Alianza), junto a Larry Burkett (Crown Financial Ministries), James Dobson (Focus on the Family), Dennis James Kennedy (Coral Ridge Ministries), Marlin Maddoux (International Christian Media) y el ejecutivo de la industria automotriz William Pew.
El primer presidente de ADF fue Alan Sears, quien también se desempeñó como CEO y Director Jurídico. El enfoque fue financiar a abogados aliados en causas que le importaran.
Sears se había desempeñado en la Procuración General de USA como director ejecutivo de la Comisión de Pornografía, también conocida como Comisión Meese, impulsada por Ronald Reagan cuando fue Presidente.
En 1995, ADF tomó su primer caso (Rosenberger v. University of Virginia): a un periódico cristiano en la Universidad de Virginia se le negó la financiación estudiantil, y se reclamó discriminación por sus creencias. ADF lo llevó a la Corte Suprema, y ganó.
En 2005 inició la celebración del Día de la Verdad (hoy “Día del Diálogo“), una respuesta de la ADF a lo que consideró era “una agenda homosexual” de una porción de la sociedad.
En 2008 creó y promovió el Domingo de la Libertad del Púlpito, alentando a los pastores a incluir el respaldo político en sus sermones, que en su caso es del Partido Republicano en forma mayoritaria.
En 2012, cambió su nombre por Alliance Defending Freedom (ADF), Alianza que Defiende la Libertad.
El cambio de nombre fue para reflejar el cambio de enfoque de la organización: de financiar abogados aliados decidió pasar a litigar casos. Con un presupuesto superior a los US$ 40 millones anuales, y una red de abogados aliados, es el grupo cristiano especializado en Leyes más organizado e influyente en USA.
Su lema es “To advocate for religious freedom to uphold justice and preserve the right of people to freely live out their faith” (Abogar por la libertad religiosa para defender la justicia y preservar el derecho de las personas a vivir libremente su fe).
ADF llevó nueve casos ante la Corte Suprema de Justicia federal, y ganó los nueve.
En marzo de 1993, ADF organizó ADF International, socio global de Alliance Defending Freedom, presidido por quien con Reagan fue secretario adjunto de la Armada, y luego consejero general en el Departamento de Defensa, Chapman Beecher Cox. El CEO fue Michael Farris.
ADF International obtuvo un statu-quo consultivo especial en el ámbito de la Organización de Naciones Unidas, que permite a sus abogados participar de todo proceso relacionado con la libertad religiosa, y el matrimonio y la familia.
ADF International inició su tarea litigando en el caso “A, B y C v. Irlanda”, a favor de las protecciones constitucionales pro-vida en el país europeo. El caso logró reforzar el antecedente de que el Convenio Europeo de Derechos Humanos no puede interpretarse como un “derecho al aborto“.
ADF International no es la única organización cristiana que se desempeña en esa agenda a escala global. Por ejemplo, también se encuentra Population Research Institute (PRI), de inspiración católica apostólica romana.
Contraataque
El proyecto Trasnacionales de la Fe, reúne a 16 medios de comunicación latinoamericanos, bajo el liderazgo investigativo del programa Columbia Journalism Investigation, de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia (USA).
Su objetivo es investigar y denunciar el crecimiento del poder político evangélico y su agenda fundamentalista en América Latina alentada por la administración de Donald Trump, que provoca -según ellos- retrocesos en materia de salud sexual y derechos de la población LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero).
Columbia University o Universidad de Columbia es un centro privado de estudios universitarios, con un porcentaje anual de admisión del 6%, ubicado en Alto Manhattan, Nueva York, ubicándose entre las 10 mejores universidades del mundo.
Fundada en 1754 como “Colegio del Rey” (King’s College) por carta real de Jorge II de Gran Bretaña, después de la Revolución estadounidense, en 1784 se llamó Universidad de Columbia.
Entre las organizaciones con las que tiene vínculos se encuentra la Unión de Seminarios Teológicos, con programas de licenciatura conjuntos disponibles a través del Seminario Teológico Judío de América.
Además tiene la muy prestigiosa Columbia Journalism School, que administra el Premio Pulitzer y que incorpora el programa Columbia Journalism Investigation.
El choque
Tiempo atrás, la abogada y asesora principal de ADF International, Neydy Casillas Padrón, denunció en un comunicado las “mentiras” lanzadas contra su organización desde el proyecto “Trasnacionales de la Fe”.
Ella reaccionó contra un artículo titulado “La Divina Cuarta Transformación”, y afirmó: “Tenemos razones para creer que éste es solo el primer fragmento de toda una campaña sucia, orquestada, que tiene como fin desacreditar y tergiversar el trabajo de nuestra organización, así como a muchos de nuestros aliados en América Latina. La publicación también intenta impedir que otras organizaciones, legisladores, comunicadores y otros colaboren con nosotros”.
Según ella, otras organizaciones aliadas y ADF Internacional en Europa ya pasaron por una campaña similar a principios de 2019.
En el caso de México, se denunció una supuesta incursión de líderes evangélicos en la política mexicana (menciona a Ralph Drollinger), para “implantar” una agenda “conservadora” y basada en la Biblia en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El objetivo sería influir en políticas públicas contra el aborto y contra los derechos de los homosexuales, que resulta la preocupación central del proyecto Trasnacionales de la Fe.
En la supuesta investigación se acusa a una filial de ADF, Political Network for Values, de reunirse con diputados de los partidos políticos PRI, PAN, PRD, PVEM y Morena “para aleccionarlos en su ideología”.
Y que ADF International viene sumando “tanto a grupos evangélicos protestantes como católicos para asumir una agenda común”.
“Así, sus diferencias religiosas han quedado de lado al unirse en movimientos de los llamados pro-vida, y en manifestaciones a favor de lo que ellos denominan familia ‘tradicional’”, afirmó la denuncia contra ADF International. En cualquier caso, no es un delito.
Casillas Padrón advirtió que “una de las mayores ironías es que este reportaje, el cual intenta aparecer como un reportaje neutral y de periodismo serio, nos acusa, a nosotros y a nuestros aliados, de importar los valores bíblicos desde USA a América Latina”.
Luego ella sostuvo: “Con absoluta claridad, somos una organización legal de inspiración cristiana, que protege las libertades fundamentales y promueve la dignidad inherente de toda persona humana. Gran parte de nuestro trabajo se enfoca en defender la autodeterminación de los pueblos en contra de la creciente injerencia de las organizaciones supranacionales como las Naciones Unidas y la OEA, que en exceso de sus competencias, presionan a los pueblos de América Latina en asuntos para alterar su derecho, cultura y sociedad, en los asuntos vinculados con la familia y la vida humana”.
El artículo periodístico afirma que ADF International estuvo detrás de la victoria en la Argentina de la desrregulación del aborto, a pesar “una gran presión desde las organizaciones internacionales”.
“Gracias a las excelentes intervenciones de nuestros aliados, incluyendo la nuestra, el Senado del país no se dejó intimidar, y los senadores de la Argentina defendieron el derecho a la vida en todas sus etapas”, destacó.
Ella también rechazó la acusación de que ADF International pagó los “gastos de viaje y la estadía de los legisladores extranjeros que llegaron a México al Congreso Hemisférico de Parlamentarios” de 2017, tal como sostuvo el reportaje.
El Congreso Hemisférico de Parlamentarios, con la participación de 659 legisladores de 17 países de Latinoamérica, consiguió la llamada “Declaración de México” o “Declaración americana sobre la independencia y autodeterminación de los pueblos en asuntos relacionados a la vida, la familia y la libertad religiosa”.
Casillas Padrón señaló que “es una calumnia” referirse a ADF como un “grupo de odio”, pues “nosotros nunca hemos promovido el odio, ni nos hemos referido a persona alguna con insultos. Este calificativo ha sido adoptado del Southern Poverty Law Center (SPLC) una organización que –irónicamente siendo que se nos acusa de ‘importar valores bíblicos del extranjero’– opera en los Estados Unidos de América y se encuentra ampliamente desacreditada”.
“La palabra ‘alianza’ está en nuestro nombre y es parte nuestro ADN. Sin estas alianzas en América Latina podemos hacer muy poco. Esperamos poder seguir contando con su apoyo a fin de poder desmantelar este malicioso ataque. Los alentamos a mantener el ánimo, sabiendo que estamos avanzando a pesar del ambiente hostil que enfrentamos”, concluyó Casillas Padrón.
Del otro lado también hay una alianza: Agencia Pública (Brasil), El País (Uruguay), Ciper (Chile), El Surtidor (Paraguay), La República (Perú), ArmandoInfo (Venezuela), El Tiempo (Colombia), La Voz de Guanacaste y Semanario Universidad (Costa Rica), El Faro (El Salvador), Nómada y Plaza Pública (Guatemala), Contracorrientes (Honduras), Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (México), Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) y Univisión (USA).
Una denuncia
Carolina Zanatta, periodista de investigación de Agencia Pública (Brasil), recordó una frase del presidente Jair Bolsonaro, expresada el 31/05 durante un evento realizado en la congregación Madureira, de la iglesia Asamblea de Dios, a la que pertece Bolsonaro: “Con todo respeto al Tribunal Supremo Federal, pregunto yo: ¿hay algún evangélico entre los 11 ministros del Supremo? ¿Cristiano asumido? No me venga la prensa a decir que yo quiero mezclar la justicia con la religión. Todos nosotros tenemos una religión o no la tenemos. Y respetamos. Uno tiene que respetar al otro. ¿Será que no es hora de que tengamos un ministro evangélico en el Supremo Tribunal Federal?”.
Aquel día, la Asociación Nacional de Juristas Evangélicos (Anajure) difundió un comunicado coincidiendo con Bolsonaro: “[…] la Anajure entiende, en consonancia con el Presidente Bolsonaro, que hay un creciente y preocupante activismo judicial por parte del Supremo Tribunal Federal (STF) en los últimos años, en especial, acerca de cuestiones morales de impacto social”.
La Anajure agregó que se trataba, necesariamente, de que un evangélico ingrese al STF “a fin de influenciarlo por su condición de devoto”.
Pero sí le importa que el STF y demás organismos del Poder Judicial “tengan jueces que respeten y se rijan por la Constitución Federal de nuestro país, profesen ellos una religión o no, eximiéndose de adherirse, sin la debida reflexión”, y advierte acerca de una onda “poco democrática, del activismo judicial”.
El apoyo evangélico fue decisivo para la elección de Bolsonaro. La opinión pública que milita entre el agnosticismo y el escepticismo o el ateísmo no puede creerlo. Este colectivo pareciera no dispuesto a aceptar el poder político que adquieren fuerzas religiosas, consecuencia de una adhesión popular creciente.
Esto fue verificable en Costa Rica, Colombia, República Dominicana, Perú y México.
Así se instala una agenda común, se diría que transnacional: impedir el avance de lo que se entiende como perversión o desafaje moral de una sociedad, que incluye el matrimonio entre personas del mismo sexo, la despenalización del aborto y la “ideología de género”.
En todos los casos, se propone ampliar la enseñanza religiosa.
¿Positivo o negativo? Hay mucho debate al respecto, inclusive entre los cristianos.
Aparece en el medio el tema del libre albedrío, de un lado; pero también la cuestión de las prácticas sexuales condenadas por Dios, del otro, además de la ruptura de valores.
Al fin de cuentas, las personas entran en crisis cuando sus valores tambalean o desaparecen. En junio 2019, Bolsonaro asistió a la Marcha por Jesús, uno de los mayores eventos evangélicos del mundo, para reafirmar su apoyo a los creyentes brasileños: “Ustedes fueron decisivos para cambiar el destino de esta patria maravillosa llamada Brasil”.
Los líderes evangélicos y los jefes militares fueron las dos grandes influencias en la integración del gabinete de Bolsonaro.
Pero en Brasil el Frente Parlamentario Evangélico, con representantes de múltiples partidos que actúan de forma organizada en la Cámara de Diputados y en el Senado, fue creado en 2003. El número de miembros y su influencia no ha dejado de aumentar.
Detrás de ellos, como coordinadora de respaldo, funciona la Anajure, que cuenta ya con 700 miembros. Fue fundada en 2012, en la Cámara de Diputados en Brasilia, por un grupo de juristas evangélicos que se propusieron “defender las libertades civiles fundamentales”, y “constituirse como una entidad de auxilio y defensa administrativa y jurisdiccional de las iglesias y denominaciones evangélicas, en especial, en los casos de violación de los derechos fundamentales de libertad religiosa y de expresión”.
En la Cámara de Diputados, la Anajure es miembro fundador del Frente Parlamentario Mixto de Libertad Religiosa, Refugiados y Ayuda Humanitaria (Fpmlrrah), una reformulación del Frente Parlamentario Mixto para Refugiados y Ayuda Humanitaria (Fpmrah), fundado en 2015 por requerimiento del entonces diputado federal Leonardo Quintão.
Por ejemplo: en junio de 2015, la Anajure redactó una nota técnica en la cual presentó fundamentos jurídicos para que la Procuraduría General de la República (PGR) presentara un Alegato de Transgresión de Precepto Fundamental (ADPF) contra el Ministerio de Educación (MEC) porque el abordaje de orientación sexual e identidad de género presentado en planes municipales y estatales no corresponde a las directrices que constan en el Plan Nacional de Educación aprobado por el Congreso.
En 2015, los juristas de Anajure participaron en la creación, nuevamente con el diputado Leonardo Quintão, del Proyecto de Ley (PL) 1.219/15, que instituía el Estatuto Jurídico de la Libertad Religiosa en Brasil, y que terminó siendo retirado por el propio autor.
Pero otros tres proyectos, antes anexados, regresaron a escena en febrero 2019:
** El PL 6.314/05 pretende excluir de los crímenes de difamación e injuria “la opinión de profesor o ministro religioso en ejercicio del magisterio o de su ministerio”.
** El PL 1.089/15 dispone sobre la libertad religiosa, garantizando que “la divulgación, en la esfera pública o privada de ideas contrarias a un determinado comportamiento social o a una creencia profesada por determinado grupo, religioso o no, hechas sin incitación a la violencia, no constituye ilícito civil ni penal”.
** El PL 2.909/15 propicia “prohibir la intervención estatal en la organización religiosa”.
La Anajure ha actuado también en el Senado Federal.
En el primer miércoles de junio 2019, los juristas evangélicos se articularon con la senadora Daniella Ribeiro (PP-PB) y consiguieron suspender la votación del PL 672/2019, del senador Weverton Rocha (PDT-MA), sobre la criminalización de la homofobia.
El presidente de la Anajure, Uziel Santana, llegó hasta Brasilia para coordinar con parlamentarios y sumar apoyos como el del senador Marcos Rogério (DEM/RO), presidente de la Comisión de Infraestructura en el Senado, y la senadora Simone Nassar Tebet (MDB/MS).
Otra vez el poder político estaba demostrado. Y el debate, en el orden del día colectivo.