Donald Trump hizo uso y abuso del apoyo del ala más conservadora del cristianismo estadounidense. ¿De verdad podríamos llamarlo 'cristianismo'? Quizás lo correcto sería llamarlo 'conservadores con simpatías cristianas' porque en ellos la militancia ideológica en la coyuntura fue más importante que la devoción por los valores permanentes que propuso Jesús. Su Fe consistía en…
Donald Trump hizo uso y abuso del apoyo del ala más conservadora del cristianismo estadounidense. ¿De verdad podríamos llamarlo ‘cristianismo‘?
Quizás lo correcto sería llamarlo ‘conservadores con simpatías cristianas‘ porque en ellos la militancia ideológica en la coyuntura fue más importante que la devoción por los valores permanentes que propuso Jesús. Su Fe consistía en una hegemonía global liderada por valores occidentales que abundó en conceptos no cristianos.
Supuestamente evangélico admirador de Israel, Trump, ya se marchó de la Casa Blanca y llegó el católico apostólico romano Joe Biden.
El cambio de nombres intenta ser utilizado por muchos para reivindicar y darle bríos al ala más ‘liberal‘ del cristianismo, autodenominado ‘progresista‘, un término que se remonta a la Revolución francesa, cuando era sinónimo de reformismo, opuesto a la contrarrevolución. Luego, ‘progresista‘ se aplicó a una muy diversa lista de reclamos de cambio: desde los derechos civiles al feminismo, el ambientalismo, el laicismo y la sexodiversidad, por ejemplo. ¿Por qué mezclar , otra vez, política & religión?
Hay quienes afirman que esto supone ubicar a Jesús entre Caifás y Barrabás.
Pero Jesús no eligió ni a uno ni a otro porque conocía el Plan de Dios, que tiene una dimensión diferente.
De todos modos, hay que conocer un poco más acerca de qué propone la llamada ‘izquierda religiosa‘, que viene marchando.
La encuesta
Zack Stanton es editor digital de Politico Magazine, y redactó un marco para su entrevista:
“Durante generaciones, la política estadounidense se ha definido por la enorme influencia de los cristianos conservadores, tanto que la intersección de la religión y la política a menudo se trata como la única provincia de los evangélicos blancos. Y durante generaciones, las promesas de una “izquierda religiosa” en ascenso han ido y venido sin ninguna impronta política duradera.
Pero mirar a la izquierda religiosa de Estados Unidos en este momento es ver algo genuinamente diferente. Los lugares de culto están participando en manifestaciones por los derechos civiles más grandes que cualquier movimiento de protesta en la historia de Estados Unidos. Demócratas como el reverendo Raphael Warnock y Joe Biden, líderes políticos cuya fe no es solo incidental a sus personajes públicos, sino que es un componente central tanto de sus identidades como de su atractivo para los votantes, están logrando importantes victorias.
El Estudio de Congregaciones Nacionales, una encuesta anual de los lugares de culto de Estados Unidos, encontró que el 41% de las congregaciones autoidentificadas como liberales (N. de la R.: en lo social y político, no es un concepto sobre la economía) presionaron o marcharon por la inmigración entre 2018 y 2019; cuando en 2012 lo hizo apenas el 5%.
Fuera del poder durante mucho tiempo, una creciente izquierda religiosa está golpeando la puerta. Y tiene el potencial de rehacer no solo la política estadounidense, sino la forma en que pensamos sobre las grandes cuestiones de equidad, justicia y lo que los estadounidenses se deben unos a otros.
“Habiendo sido parte de la izquierda religiosa durante toda mi vida, sí, está creciendo”, dice la reverendo Serene Jones, presidenta de Union Theological Seminary, en Nueva York. “Debido a la pandemia, la gente está más abierta a la espiritualidad en general. Y creo que el ojo público ha sido más receptivo al ver a los religiosos a la izquierda porque necesitan verlos para tener alguna esperanza”. (…)”.
Serene Jones
Lynda Serene Jones es la presidenta y profesora de religión y democracia en el Union Theological Seminary, de la ciudad de Nueva York.
Su madre, Sarah Jones, era psicoterapeuta. Su padre, Joe Robert Jones, se graduó de la Escuela de Teología de Yale y se desempeñó como Decano del Seminario de Graduados y presidente de la Universidad Phillips.
Una hermana menor de Serene, Kindy Jones, es asistente del Fiscal General del Estado de Oklahoma.
Y la otra hermana menor, Verity Jones, es pastora de The Christian Church (Disciples of Christ) o sea La Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) y editora de la publicación DisciplesWorld.
La Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) es una denominación cristiana protestante nacido durante el Segundo Gran Despertar, y que en el siglo 20 que participó en la fundación del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y del Consejo Federal de Iglesias (ahora Consejo Nacional de Iglesias ), y sigue participando en conversaciones ecuménicas.
El ‘Segundo Gran Despertar’ fue un torrente de fervor religioso y avivamiento que comenzó en Kentucky y Tennessee en la década de 1790 entre los presbiterianos, metodistas y bautistas y se remontó hasta el llamado ‘Gran Chasco‘, de 1844.
El Primer Gran Despertar fue entre 1730 y 1750; y el Tercer Gran Despertar, desde finales de la década de 1850 a principios de la de 1900.
Nuevos movimientos religiosos surgieron durante el Segundo Gran Despertar, como las Iglesias de Cristo, la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo), la Iglesia Adventista del Séptimo Día y la Iglesia Cristiana Evangélica en Canadá.
En cuanto a Serene, ella obtuvo una Maestría en Divinidad de la Yale Divinity School en 1985 y un Doctorado en Filosofía en Teología de la Universidad de Yale en 1991.
Profesora en Yale durante 17 años, ella es ministra ordenada en la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) pero también en la Iglesia Unida de Cristo.
Esta Iglesia se formó en 1957, cuando se unieron dos iglesias protestantes, la Iglesia Evangélica y Reformada y el Concilio General de las Iglesias Cristianas Congregacionales, con raíces históricas y confesionales en las tradiciones de los peregrinos y puritanos de Nueva Inglaterra. Además, incorporó a los reformados alemanes.
En julio de 2008, ella sucedió a Joseph Hough como presidente del Union Theological Seminary (Seminario Teológico Union) en la ciudad de Nueva York.
Ella es la primera mujer en dirigir el seminario interdenominacional de 179 años, ocupando, además, la cátedra Johnston Family para Religión y Democracia y ha creado el Instituto de Mujeres, Religión y Globalización de Union, así como el Instituto de Arte, Religión y Justicia Social.
Es la presidenta de la Academia Estadounidense de Religión en 2016.
Supremacía blanca
Zack Stanton otra vez:
“(…) Aunque la izquierda religiosa tiene raíces profundas en la historia estadounidense, desde el movimiento abolicionista hasta el establecimiento de hospitales que sirven a los pobres, durante gran parte de las últimas décadas, los cristianos liberales han guardado relativamente silencio sobre su fe y cómo esta informa sus creencias políticas, dice Jones. Pero, a medida que Estados Unidos lidia con la pandemia del coronavirus, las enormes disparidades económicas y el legado del racismo, eso está cambiando. Ella (Jones) señala la renta básica universal, por ejemplo, como “un principio fundamental religioso” que se ha convertido en un tema de debate político vivo, y dice que las comunidades religiosas también están tomando la iniciativa en la educación y la formación para combatir la supremacía blanca.
“Ambos problemas seguirán aumentando en términos de la intensidad con la que la izquierda religiosa los está enfrentando”, dice.
En cuestiones de supremacía blanca, Jones tiene experiencia personal en clasificar los traumas del pasado. Hace años, descubrió que una mujer negra y su hijo fueron linchados en el pequeño pueblo de Oklahoma donde la familia Jones ha vivido durante generaciones. Está segura de que sus antepasados, incluido su abuelo, participaron en los asesinatos.
Jones sugiere que el horror de esa revelación, y la forma en que la procesó, ofrece un vistazo acerca de cómo la izquierda religiosa puede difundir la conversación sobre la raza y, potencialmente, concede una idea de cómo la reconciliación puede ocurrir también a un nivel más amplio.
“Los seres humanos, en general, son una mezcla de las cosas gloriosas de las que son capaces y las cosas horribles de las que son capaces. Ninguno de nosotros puede pretender ser puro”, dice Jones. “Y cuanto más honesto puede ser uno sobre su quebrantamiento y los pecados de los que ha sido responsable, más libertad se encuentra de eso“. (…)”.
El pionero
Charles Augustus Briggs fue un teólogo presbiteriano estadounidense. En su formación fue clave el Union Theological Seminary, del que egresó en 1863.
Briggs fue excomulgado por herejía en 1893 por la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana a causa de su teología liberal con respecto a la Biblia.
Él giró hacia el episcopalismo y fue ordenado sacerdote de la Iglesia Episcopal Protestante en 1899.
En 1891, Briggs inició un dirección de Estudios Bíblicos en el UTS, pronunciando un discurso en el que cuestionó la inspiración oral de las Escrituras.
La Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana vetó el nombramiento de Briggs y el UTS se retiró de la supervisión denominacional.
Ya en el siglo 20, Karl Paul Reinhold Niebuhr (“el más grande teólogo protestante en Estados Unidos desde Jonathan Edwards“, según la revista Time en su obituario), conocido por su Oración de la Serenidad, popularizada por Alcohólicos Anónimos (“Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar / el valor para cambiar las cosas que puedo / y la sabiduría para reconocer la diferencia“), fue un religioso que simpatizó con los trabajadores durante la difícil década de 1920 y tuvo un compromiso con el pacifismo y el socialismo, aunque luego evolucionó hacia el realismo cristiano.
El realismo de Niebuhr se profundizó después de 1945, apoyó los esfuerzos estadounidenses para enfrentar el comunismo soviético en todo el mundo, luchó contra los liberales religiosos por sus puntos de vista “ingenuos” acerca del evangelio social; y contra los conservadores religiosos por su definición estrecha de la “Religion verdadera“.
Niebuhr utilizó recursos de la Teología como aportes a la Filosofía Política, logró que muchos académicos se alejaran del idealismo y abrazaran el realismo, y su enfoque influyó, a través de los tiempos, en Myles Horton, Martin Luther King Jr., Hillary Clinton, Madeleine Albright, John McCain, Jimmy Carter y Barack Obama, entre otros.
Otro personaje importante en esta historia fue Paul Johannes Tillich, filósofo existencialista cristiano y teólogo protestante luterano, que emigró de Alemania a USA, y enseñó en el UTS, Harvard Divinity School y Universidad de Chicago.
Autor de los tres tomos de ‘Teología Sistemática’, Tillich hizo una integración del esencialismo (opinión de que cada entidad tiene un conjunto de atributos que son necesarios para su identidad y función) y el existencialismo (corriente filosófica que se desarrolla alrededor de la propia existencia humana a través del análisis de la condición humana). Él también mantuvo un compromiso sostenido con la ontología (parte de la filosofía que estudia la naturaleza del ser, la existencia y la realidad).
Tillich fue autor de muchos trabajos sobre ética, filosofía de la historia y religión comparada.
Niebuhr y Tillich hicieron de UTS el centro del protestantismo en el período de entreguerras pero el liberalismo perdió terreno frente al conservadurismo durante los años 1960, el Seminario entró en crisis financiero y tuvo que arrendar sus edificios a la Universidad de Columbia y transferirle la Biblioteca Burke, y así logró un equilibrio necesario.
El arribo de la teóloga feminista Serene Jones intenta recuperarle protagonismo al Seminario.
La entrevista
La revista Politico habló con Jones, y aquí algunos fragmentos:
-Se ha hablado mucho recientemente sobre una nueva “izquierda religiosa” resurgente en la vida estadounidense. ¿Por qué cree que está sucediendo ahora y qué es lo que queda de los religiosos en este momento?
-Debajo de toda la confusión que vemos hay capas y capas de traumas profundos que han estado con nosotros durante siglos: luchas morales y éticas que nos atormentan y, en cierto sentido, se están levantando a través de las grietas y fisuras de este momento. La pandemia, en particular, ha convertido grietas y fisuras en heridas abiertas.
Creo que estamos viendo [un aumento de las conversaciones sobre la izquierda religiosa] ahora porque estamos en un punto de ruptura, y todo se está poniendo de relieve. Lo vimos tan vívidamente en Georgia, con la elección del Reverendo Raphael Warnock (N. de la R.: Raphael Gamaliel Warnock es un nuevo senador por Georgia / Partido Demócrata), un graduado de nuestro seminario del que estamos muy orgullosos, y [en la elección de] Joe Biden. Lo ves en tantas iglesias, sinagogas y mezquitas en todo el país que han pasado a primer plano, por ejemplo, en el movimiento Black Lives Matter.
(…) En este momento, a causa de la pandemia, la gente está más abierta a la espiritualidad en general. Y creo que el ojo público ha sido más receptivo al ver a los religiosos a la izquierda porque necesitan verlos para tener alguna esperanza. (…)
El gran error es creer que la voz religiosa progresista en este país de repente está pasando a primer plano. Ha estado ahí mucho tiempo. Tiene una historia más larga en este país que la derecha evangélica; en la década de 1920 en Oklahoma, sería difícil encontrar un bautista del sur que no fuera socialista. Gran parte del protestantismo dominante desde antes de la Guerra Civil eran abolicionistas. Hay una larga historia de cuidado profundo por los pobres, estableciendo universidades y sistemas hospitalarios en nuestro país, todos ellos surgieron de comunidades religiosas que tenían una visión muy progresista de lo que Estados Unidos puede ser.
El chico más nuevo de la cuadra es el cristianismo conservador de derecha, que recibe la mayor parte de la atención de los medios como representante del cristianismo en los Estados Unidos.
(…) -Usted ha dicho que “con demasiada frecuencia, los cristianos progresistas se avergüenzan de su fe”. ¿Por qué crees que es así?
–Creo que es porque saben que si admiten que son cristianos, la gente que los rodea va a pensar: “Oh, deben estar locos”, o “Deben ser de derecha”, o “Bueno, ¿a ella le gustan los homosexuales?” o “Me pregunto qué pensaría ella sobre el hecho de que tuve un aborto”. Todas estas preguntas incrustadas en lo que significa ser “cristiano” están ligadas a una visión conservadora. Sientes que vas a tener que rechazar inmediatamente todos estos conceptos erróneos para decir: “Mira, en realidad soy profundamente progresista y un ser humano profundamente moral y ético capaz de pensar racionalmente”.
A lo largo de su historia, el cristianismo, como todas las religiones, ha hecho daño como también ha hecho bien. Ser humilde al reclamar la religiosidad de uno a menudo está ligado al reconocimiento del horror que se ha hecho en nombre del cristianismo. Hay una especie de humildad que viene con eso: si bien mi fe como cristiano es absolutamente esencial para quien soy, sin saber si puedes reaccionar con miedo y sin querer evocar ese miedo, no hay necesidad de que grite desde los tejados.
(…) -El lado evangélico y conservador se puede dividirlo en dos grupos. Hay conservadores evangélicos que son muy articulados teológicamente y leen la Biblia y están basados en su fe. Pero hay una gran cantidad de personas que nunca han leído la Biblia, que ni siquiera sabrían algo sobre una discusión teológica.
–Una de mis mayores frustraciones en términos de tratar de encontrar formas de salvar esta profunda división dentro de la comunidad cristiana en los Estados Unidos es la incapacidad de tener una discusión teológica, porque no se puede asumir que la gente ha articulado las razones teológicas de sus creencias.
-La Biblia nos exhorta a “amar a tu prójimo como a ti mismo”. ¿La división entre la derecha y la izquierda cristianas se reduce, en parte, a un desacuerdo sobre quién es mi “prójimo” y qué significa “amor”? Y en ese contexto, ¿ve el “amor” como algo político?
–Absolutamente. Veo el amor como algo político. Todas las personas que dicen “ama a tu prójimo como a ti mismo”, y que dicen eso como una verdad, necesitan pensar profundamente en lo que eso significa. ¿Puedes amar a tu prójimo como a ti mismo y negarte a alimentarlo, o ponerlo en jaulas o negarle la atención médica básica? ¿Eso es amor? No, eso no es amor.
¿Sabes? La mayoría de la gente en los Estados Unidos querría, al menos teóricamente, creer que Dios creó a todos los seres humanos iguales. Todos somos iguales. Pero ¿realmente creen que todos somos iguales? En términos de sus posiciones políticas, probablemente no. Amar al prójimo y creer en la igualdad fundamental no son valores morales en las acciones políticas de las personas, y ese es el paso que debemos dar.
-Parte de ese punto de inflexión tiene que ver con este sentido de un reconocimiento nacional sobre el racismo en el pasado y el presente de Estados Unidos, un tema que ha sido especialmente destacado durante el año pasado. ¿Cuánto de la reacción violenta a esa conversación entre los estadounidenses blancos se trata de tratar de evitar la vergüenza de estar asociado con la noción del “pecado original” del racismo en Estados Unidos? -el pecado original es algo que se hereda al nacer sin tener la culpa-. ¿Lo ve en esos términos o cómo hay alguna otra forma de pensar en eso?
–Cuando estamos hablando de la blancura y la supremacía blanca, parte de esa rabia es desviarse de asumir la responsabilidad de los legados generacionales del racismo. [Pero] no creo que pueda reducirse por completo a eso, porque eso ignora el sufrimiento económico real de millones de personas blancas empobrecidas, personas que no solo se desvían, sino que en realidad están enfurecidas, como debería estar, por el fracaso del sistema para brindarnos a todos la posibilidad de una vida saludable. Entonces, es realmente ambos. Y si alguno de los dos se pierde, entonces no tiene sentido de la complejidad de la raza en Estados Unidos.
Cuando se trata del trauma generacional y la historia de los Estados Unidos, en primer lugar, creo que el miedo al dolor es en realidad mucho mayor que el dolor en sí mismo en términos de lo que significa enfrentarse al pasado. En mi propia familia, hemos luchado para enfrentar el terrible legado de lo que participaron mis abuelos: un linchamiento a principios de siglo 20. Es vergonzoso y terrible, pero decir la verdad y enfrentarse a ella en realidad es liberador.
En los estudios de trauma, sabemos que mientras los eventos traumáticos permanezcan enterrados y no se digan, no se pueden procesar. Y si no se pueden procesar, simplemente continúan circulando por su mente y su cuerpo, y su cuerpo colectivo , cuando hablamos colectivamente, y no hay posibilidad de que realmente se deshagan y rehagan. Ya sea personal o colectivo, contar la historia del trauma es un [paso] muy necesario y doloroso. Y probablemente el mayor dolor es tener el coraje de contar las historias y ser honesto al respecto.
(…) -Sobre el tema de la historia, le he oído decir que ve un cambio cultural masivo en marcha en todo el mundo y lo ha comparado con lo que sucedió hace 500 años durante la Reforma. Primero, ¿qué ve, específicamente? Y en segundo lugar, la Reforma ocurrió en parte debido a la llegada de la imprenta de J. Gutenberg, y fue seguida por décadas y décadas de guerras religiosas en toda Europa. ¿Cree que lo que estamos viendo ahora es el resultado de la llegada de Internet, la imprenta de nuestra era, y si es así, deberíamos esperar unos cientos de años de guerras religiosas en el futuro?
–Cuando ocurrió la Reforma, teníamos nueva tecnología: la imprenta permitía a cualquiera que supiera leer tomar un libro y leer. Tuvimos el surgimiento del Estado-Nación, nuevos alineamientos políticos. Tuvimos el surgimiento del capitalismo naciente, por lo que tuvimos un cambio de economía. Podría seguir y seguir.
Este tipo de cambios sísmicos en cómo se ordena el mundo se manifiestan en profundos cambios espirituales. Cuando el mundo se reordena, se recompone tu imaginación con respecto a la realidad de lo divino, lo trascendente y lo que eres. Eso está sucediendo ahora: los viejos órdenes se están derrumbando y nuestra imaginación se ve obligada a pensar en lo trascendente de nuevas formas y a contar nuevas historias sobre quiénes somos.
Cuando esto sucedió [durante la Reforma], sí ocurrieron algunos cambios increíblemente positivos que, en cierto sentido, fueron totalmente cubiertos por una guerra sostenida, larga y sangrienta que acabó con grandes segmentos de la población de Europa y continuó durante muchos, muchos años.
En muchos sentidos, la historia de los Estados Unidos en sus primeros años fue el resultado de los traumas no resueltos de las guerras de religión en Europa. Y debido a que eso nunca se abordó en Europa, gran parte del “asentamiento” de los Estados Unidos por parte de los europeos fue realizado por comunidades que habían sido completamente traumatizadas por las guerras de religión: habías traumatizado a la gente que venía y traumatizaba y subyugaba violentamente a otros. Es una historia que aún no se ha contado y es importante.
Estamos en un punto de inflexión como la Reforma, y podríamos ir por un lado o podríamos ir por el otro. Y es hora de que elijamos el camino de más apertura, más creatividad, más amor, más igualdad y un enfrentamiento más serio con esa parte de lo que somos como seres humanos, y no el odioso y sangriento reconocimiento de lo quefueron las guerras de religión fueron.
-¿A dónde va la izquierda religiosa desde aquí?
–En términos de cuestiones políticas, escucharemos cada vez más sobre la renta básica universal como principio fundamental religioso; vamos a escuchar más y más sobre denominaciones, iglesias y comunidades religiosas a nivel masivo que asumen la educación y la capacitación y luchan moralmente con la supremacía blanca. Ambos problemas seguirán aumentando en términos de la intensidad con la que la izquierda religiosa los está enfrentando.
Vamos a ver cada vez más cómo la izquierda religiosa es también una realidad interreligiosa. No es solo la izquierda religiosa cristiana; es una izquierda religiosa que incluye a personas de muchas tradiciones religiosas y personas espirituales que pueden no tener una tradición específica. Eso seguirá creciendo.“
Ni de derecha ni de izquierda
TERCER ÁNGEL tiene algunas reflexiones acerca de lo que está sucediendo.
- Resultaría lamentable que los cristianos autodenominados ‘de izquierda’ cometan errores similares a los cometidos por los ‘de derecha’. Primero buscar el Reino de Dios y su Justicia.
- Dios no tiene color de piel. Tampoco es de izquierda ni de derecha.
- Dios no puede ser circunscripto a los razonamientos tan limitados de los humanos.
- ¿Satanás es de derecha o de izquierda? La Biblia cuenta de un fallido golpe de Estado en el Reino de Dios pero no menciona la ideología sólo que la gran ambición era ‘ser como Dios‘ y el motor fue la vanidad, el ego.
- En verdad, los problemas de fondo del ser humano y de su civilización no son ideológicos sino morales.
- Los grandes temas que definen al ser humano no tienen que ver con la política sino con valores. En medio de ello, el Gran Conflicto entre el Bien y el Mal no es una cuestión de conservadores y liberales sino de la entrega individual y cotidiana a Dios, y el permanente amor al prójimo. El reclamo sigue a través de los tiempos: “Misericordia quiero”. Mucho cuidado con esto. No debe perderse el foco de qué es el cristianismo de verdad.