La película 'Cónclave' ya comenzó su exhibición global. Es un thriller acerca de la elección de un Papa católico, inspirado en 2013 (Francisco).
Desde el 25/10/2024, la película ‘Cónclave‘ ya está en la cartelera cinematográfica de USA. Es un thriller acerca de la elección de un pontífice católico apostólico romano, tal como el papa Francisco. Intrigas en el poder sería el nudo. Pareciera que los Borgia y los Medici nunca se fueron del Vaticano. De inspiración del Cielo, nada, según parece.
Edward Berger, director de ‘Sin novedad en el frente’ (2022), que ganó el premio Oscar a la Mejor Película Internacional (o sea no hablada en inglés), dirige con precisión este largometraje que lleva a la pantalla la novela del británico Robert Harris (2016), a quien se le ocurrió escribirla cuando, a mitad de su ‘Trilogía de Cicerón‘,vio las noticias de la elección del papa Francisco.
“Justo antes de que el [nuevo] Papa se revele en el balcón, las ventanas de ambos lados se llenaron con los rostros de los cardenales electores que fueron a verlo”, le dijo Harris a la BBC.
“Vi sus rostros -todos hombres mayores, astutos, algunos muy benignos y santos, algunos con un aspecto bastante cínico– y pensé: ‘Oh, Dios mío, estoy viendo el Senado romano’ (…) un Senado gobernante compuesto exclusivamente por hombres había sobrevivido, y estos hombres mayores que lo dirigían todo eran un vínculo directo con la República romana“.
Harris comenzó a investigar los cónclaves, y entonces “pensé que era absolutamente fascinante, política en estado puro”.
La historia, que protagoniza Ralph Fiennes (cardenal Lawrence) comienza con la muerte de un Papa, y los cardenales llegan de todo el mundo y viven en habitaciones austeras en un edificio parecido a un dormitorio conocido como la Casa Santa Marta, mientras comienzan a definir quién será el sucesor. La película refleja con esmero puntilloso todo el ritual.
Los favoritos
Buena oportunidad para recordar cómo fue aquel cónclave del que Jorge Mario Bergoglio emergió como obispo de Roma el 13/03/2013, jefe de los católicos apostólicos romanos. No ocurrió en ese momento el fallecimiento de quien era papa, Benedicto XVI, sino que éste renunció -murió el 31/12/2022-, consecuencia de sucesivos escándalos que conmovieron a la Curia y a los creyentes. Él mismo se sintió o decepcionado o imposibilitado de continuar.
Al reunirse los integrantes del Colegio Cardenalicio en condiciones de votar, el italiano Ángelo Scola era el gran favorito a ser elegido Papa en 2013. Aparentemente es lo que deseaba el renunciante Benedicto XVI (el alemán Joseph Ratzinger) y lo que pronosticaban las principales casas de apuestas, que desconocían una máxima vaticana: “Quien entra al Cónclave como Papa, sale como cardenal“.
Ángelo Scola escribió un libro autobiográfico (‘Ho scommesso sulla libertá’ o ‘Apuesto a la libertad’), junto al periodista Luigi Geninazzi. Según él “Que yo pude ser Papa fue una fake news“.
Su relato:
“Nunca creí que pudiera ser designado Papa. Después que fue elegido Bergoglio, se consideró que había sido su adversario, que yo era el cardenal del pasado, el favorito de los nostálgicos de Benedicto XVI. Y esto no me gustó nada“.
Sin embargo, la historia no acompaña su relato. Scola era arzobispo de Venecia, y Benedicto XVI lo hizo arzobispo de Milan, o sea cardenal Nº1 de Italia. Después de Roma, donde gobierna el Papa, Milan es el arzobispado más grande de Europa y uno de los Top 3 del mundo.
El siguiente favorito era Marc Armand Ouellet, cardenal y teólogo canadiense, prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latinal.
El podio se completaba con Odilo Pedro Scherer, elevado a cardenal en 2007 por el papa Benedicto XVI, y prefecto de la Congregación para el Clero.
Ángelo Scola afirma que “a diferencia del Cónclave del 2005 cuando desde el principio hubo un claro candidato, y era Ratzinger, en aquel del 2013, después de la 1ra. votación, no había ningún candidato firme“. Alguien miente.
Pero no es la única mentira. En la ‘historia oficial‘ del evento se afirma que hubo 5 votaciones en la Capilla Sixtina. Sin embargo, fueron 6 votaciones.
Es conocido, por el relato de cardenales anónimos, que Ángelo Scola ganó las 2 primeras votaciones y, en especial en la 1ra., Jorge Mario Bergoglio estaba lejos.
Entre el inicio y el final de la 1ra. votación parecía que se repetiría la elección de 2005 cuando Joseph Ratzinger fue elegido Papa con 90 votos, derrotando a Bergoglio, quien no pasó de 26 votos.
La Conferencia Episcopal Italiana envió un mensaje oficial de congratulación a las 20:24 de aquel 13/03/2013: “El Secretario General atesora los sentimientos de la Iglesia italiana entera que acoge la elección del cardenal Ángelo Scola como sucesor de Pedro. Al nuevo Papa, la Iglesia italiana promete desde ya una incondicional reverencia y obediencia“.
A las 21:24 tuvo que difundir un nuevo comunicado cambiando el nombre del nuevo Papa pero el redactor volvió a equivocarse: “Francisco I“. Un Papa que elige un nombre que nunca utilizó un Pontífice anterior, no lleva el número I, porque no hay ninguno antes de él.
Fuentes cercanas a Scola aún hoy afirman que él ya había elegido su nombre: Paulo VII. Sería un homenaje a Giovanni Battista Montini, quien llegó a un Cónclave como arzobispo de Milan, y salió como papa Paulo VI.
Scola necesitaba 77 votos (2/3).
Pero hubo un extenso diálogo entre un grupo de electores: cardenales estadounidenses, latinoamericanos y algunos europeos (alemanes). Ellos decidieron votar al cardenal argentino.
Ese diálogo intriga, apasiona. Sin duda inspiró a Harris.
En la 3ra. votación, Bergoglio superó los 50 votos. En la 4ta. superó los 70.
En el 5to. escrutinio hubo 116 votos cuando los cardenales presentes eran 115. Alguien votó 2 veces.
Por ese motivo hubo una 6ta. votación. A las 19:05 hora de Italia, Bergoglio obtuvo 90 votos.
Papa Francisco
Jorge Mario Bergoglio no era favorito. Pero alguien sí había mencionado su nombre como una posibilidad: el periodista irlandés Gerard O’Connell, quien llevaba 20 años de corresponsal en el Vaticano para diversas publicaciones.
O’Connell, esposo de la también periodista argentina especializada en temas vaticanos, Elisabetta Piqué, escribió ‘La elección del papa Francisco: un relato íntimo del cónclave que cambió la Historia’.
Él explicó que su reconstrucción del evento surgió del relato de varios cardenales electores que hablaron con él después del cónclave en forma confidencial.
Según él, el anuncio de la renuncia de Benedicto XVI sorprendió a todos los cardenales, quienes no estaban preparados para un cónclave y tuvieron apenas 30 días para decidir a quién elegir como nuevo Papa: “La repentina dimisión de Benedicto XVI hizo que no hubiera tiempo para las maniobras de lobby que precedieron al cónclave de 2005” (cuando eligieron a Benedicto / Joseph Ratzinger).
Dato adverso para Scola: varios cardenales se percataron de que los escándalos que destruyeron el pontificado de Benedicto XVI “estaban relacionados con italianos, así que concluyeron que un candidato no italiano podría ser mejor para acabar con esos problemas“.
En la siguiente frase de O’Connell hay que considerar que él es un antiguo amigo de Bergoglio: “Pero, a un nivel más profundo, muchos cardenales consideraron los escándalos como el resultado de una crisis espiritual y sintieron la necesidad de elegir como Papa a un ‘hombre de Dios’, en lugar de un mánager o un gerente, alguien que pudiera llevar a cabo una reforma espiritual en el Vaticano y en la Iglesia.”
De los 115 cardenales electores, 68 habían participado en el cónclave de 2005, en el que Bergoglio, con origen en la Compañía de Jesús -llegó a Provincial para la Argentina en 1973 y por 6 años- había quedado en 2do. lugar.
Antes de un cónclave ocurren las llamadas ‘congregaciones generales‘, en las que los cardenales dialogan, escuchan, opinan preparándose para la elección del pontífice.
O’Connell: “En la penúltima de estas reuniones, Bergoglio llamó la atención de muchos con una charla de 3 minutos y medio que fue inspiradora, refrescante y visionaria. Sus palabras tuvieron un enorme impacto y, desde ese momento, muchos comenzaron a verlo como el nuevo Papa.”
Él había emergido como líder de la Iglesia de América Latina en la conferencia de obispos latinoamericanos (CELAM) celebrada en Aparecida, Brasil, en 2007.
Bergoglio había sido presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante 2 mandatos -un país católico hasta en la gestión de parte del Estado- y casi todos los cardenales latinoamericanos tenían referencias suyas como un religioso no ambicioso, que vivía de forma austera y que visitaba de manera regular las ‘villas miseria‘ (barrios pobres) de la Ciudad de Buenos Aires.
Además, casi el 50% de los católicos del mundo hablan español y la gran mayoría de ellos vive en América Latina.
La negociación
¿Dónde comenzó a fracasar la precandidatura de Scola? Según O’Connell, “Hubo varias razones. La primera fue que los cardenales italianos (el bloque más grande del cónclave: 28 votos) estaban profundamente divididos respecto a Scola; algunos se oponían a su elección. Varios cardenales se sentían también incómodos por los lazos estrechos que Scola mantenía con el movimiento Comunión y Liberación.”
Fue fundado como movimiento eclesial por el sacerdote católico y teólogo Luigi Giussani en Italia en 1954, y ganó espacio como reacción a las ideologías anticristianas en el mundo educativo universitario durante los años ’60 y ’70.
El diario ‘Corriere della Sera‘, de Roma, revisó lo que había sucedido y llegó a su propia conclusión:
“Los italianos se unieron sólo para excluir al cardenal de Milán, Angelo Scola (incluso los cardenales lombardos votaron en contra de él). El papel de ‘tejedor’ lo ha desempeñado estos últimos días en las Congregaciones Generales el cardenal no elector Raffaele Martino, quien durante 15 años fue representante del Vaticano ante la ONU, conoce muy bien el episcopado americano y en su rol de ex presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz siempre ha estado muy presente en todos los temas sociales más candentes. Opositor a Ratzinger y partidario de Bergoglio ya en el Cónclave de 2005.”
Regresando a O’Connell:
“Muchos cardenales sentían que Scola tenía problemas a la hora de comunicar con la gente porque empleaba un lenguaje complicado. Y era visto como el candidato preferido de Benedicto XVI, con quien estaba muy alineado a nivel teológico. Muchos cardenales pensaron que si Scola era elegido Papa, desde el punto de vista teológico habría más de lo mismo.
En la 1ra. votación, mientras Scola obtuvo 30 votos (muchos menos de los que se esperaban), Bergoglio sorprendió a muchos cardenales consiguiendo 26. Quedó claro que un gran número de electores no estaban seguros de a quién votar, pero cuando Bergoglio emergió de esa manera tan fuerte muchos interpretaron que era una ‘señal de Dios’ y votaron por él en la 2da. votación, dándole una ventaja que ya nunca perdió.”
Hora de ir otra vez al Corriere della Sera:
“(…) Pero ¿con qué acuerdos, alineamientos y paquetes de votos de los Grandes Electores se llegó a la elección del cardenal Bergoglio? En resumen y, necesariamente, un poco brutalmente, el nuevo Papa es fruto de un acuerdo entre
- el decano del Sagrado Colegio, aunque no sea elector, el cardenal Angelo Sodano;
- el cardenal Giovanni Battista Re,
- la Curia del actual Secretario de Estado, Tarcisio Bertone (que se había centrado en Odilo Scherer pero que, tras las críticas de Scherer al cardenal Re en las Congregaciones Generales, tuvo que ‘retirar’ a su candidato); y
- los cardenales americanos.
Los estadounidenses pusieron el sello a la elección que obtuvo un Papa de las Américas. 2 horas después de la aparición del nuevo Papa, el cardenal neoyorquino Timothy Dolan, dijo: “Quedamos muy contentos con el resultado. Son emociones muy grandes”, y en un comunicado oficial mencionó un “hito para nuestra iglesia“. (…)”.
O’Connell puede complementarlo:
“Los cardenales con ideas afines o que hablan la misma lengua a menudo se reúnen en cenas privadas o reuniones en lugares alejados del público para discutir los nombres de posibles candidatos a ser el próximo Papa, y los desafíos a enfrentar. Tales reuniones o cenas se llaman ‘secretas’ porque generalmente son desconocidas para los medios de comunicación e incluso para los cardenales que no están en ellas. Son eventos importantes, ya que ofrecen a los cardenales la oportunidad de discutir libremente y compartir confidencias.
En mi libro menciono en concreto una reunión, no una cena, la víspera del cónclave en el apartamento vaticano de Attilio Nicora, un cardenal italiano que trabaja en la curia romana, en la que muchos cardenales afines de los diferentes continentes se reunieron para discutir la situación y allí surgió que todos ellos pensaban que Bergoglio era el mejor candidato, y lo apoyaron.”
¿Hubo ‘kingmakers’ (‘hacedores de reyes‘) en el Cónclave?
Corriere della Sera mencionó a Renato Raffaele Martino, diplomático vaticano que no votaba porque estaba excedido en edad pero tenía un gran conocimiento, en especial de los cardenales estadounidenses: había sido Observador Permanente en Naciones Unidas. También, titular del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, y presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes.
Pero según O’Connell, “Hubo varios cardenales, incluidos Angelo Bagnasco (Italia), Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga (Honduras), Cormac Murphy-O’Connor (Reino Unido), Oswald Gracias (India), Laurent Monsengwo Pasinya (República Democrática del Congo), Peter Turkson (Ghana) y Cláudio Hummes (Brasil).
Bergoglio nunca pensó que sería elegido Papa, había comprado el billete de avión para regresar a Buenos Aires, ya había preparado la homilía para la misa de Jueves Santo, así que estaba tranquilo. Sólo se dio cuenta de que podía convertirse en Papa después de la 3ra. votación. (…) Varios participantes en el cónclave me contaron que la oposición a Bergoglio en el último cónclave fue mucho más débil que la que hubo en el cónclave de 2005. Pero desde su elección ha ganado fuerza alguna crítica por su apertura hacia las personas divorciadas y casadas en segundas nupcias, hacia las personas LGTBQ+, su foco en los pobres, sus crítica a la economía, su postura sobre la migración, su oposición a las armas nucleares, al comercio de armas y la pena de muerte. Sin embargo, hoy, a pesar de las apariencias, la oposición es una minoría relativamente pequeña entre los cardenales, obispos y laicos.”
Según Corriere della Sera, la respuesta a cómo fueron los consensos hay que buscarla en “la misa ‘pro ecclesia’ celebrada en la Capilla Sixtina en presencia de 114 cardenales electores, en el momento del intercambio de paz, cuando el ya Papa Francisco abraza afectuosamente al cardenal Giovanni Battista Re, quien actuó como decano en el Cónclave; y al secretario del Estado, Tarcisio Bertone. Se trata de una imagen fija de cómo transcurrieron las votaciones 24 horas antes, siempre bajo la bóveda del Juicio Final, pintada por Miguel Ángel. El cardenal elector irlandés Sean Brady lo dijo claramente: “Me sorprendió que se alcanzara tan pronto un consenso entre los cardenales”.
El Papa Francisco habló con cierto ironía a los cardenales: “Queridos hermanos, que Dios los perdone“.