Moisés reorganizó su vida y alcanzó la estatura de hombre sabio entre los madianitas, en una frontera entre Egipto y Arabia Saudita. Debería ser un dato para Israel.
Cuando murió su esposa Sara, Abraham buscó nueva mujer; Cetura (o Quetura), de quien Moisés no aporta información adicional en el Génesis pero sí detalla su descendencia: ella fue la madre de Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. Notable lo prolífico que fue Abraham en su vejez, bendecido por el Eterno, quien le habíia prometido: “Mira ahora los cielos y cuenta las estrellas, si es que las puedes contar. Así será tu descendencia.“
Hasta entonces, Abraham tenía 2 hijos:
- Ismael, el primogénito -cuya madre fue la esclava egipcia Agar, obligada por Sara a tener relaciones sexuales con Abraham hasta quedar embarazada-; e
- Isaac, cuya madre fue Sara y, según Moisés, fue “el hijo de la promesa“, de Yo Soy a Abraham.
¿Cuál era la promesa?
“Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra.” (Génesis 15:5-7).
Entonces, había 2 promesas, no 1 promesa:
- Abraham tendría una descendencia muy numerosa, y
- Descendientes de Abraham serían los habitantes de Canaán.
Abram (que significa: “Padre Es Ensalzado”) se convirtió en Abraham (“Padre de una Muchedumbre“).
Abraham consideró que Isaac, su hijo con Sara, era el hijo al que se había referido Jehová. Por lo tanto, él tomó recaudos para preservar la convivencia en su familia ensamblada.
Génesis 25:6: “Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental.“
Las concubinas se refiere a Agar y a Cetura (o Quetura), y los dones eran posesiones materiales para que pudieran instalarse en otros territorios: oro, plata, animales, etc.
Hasta donde se sabe, Abraham no había sido generoso con Agar cuando la expulsó junto con Ismael. El relato permite concluir que fue Jehová quien se encargó de bendecir y preservar a Agar e Ismael.
No hay mención alguna si más tarde Abraham compensó esa falta con ellos. En cualquier caso, no cometió igual error con los hijos de Cetura (o Quetura).

Ismael e Isaac
Sin embargo, Génesis 25: 7-11 afirma:
“Y estos fueron los días que vivió Abraham: 175 años. Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo. Y lo sepultaron Isaac e Ismael sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de Efrón hijo de Zohar heteo, que está enfrente de Mamre, heredad que compró Abraham de los hijos de Het; allí fue sepultado Abraham, y Sara su mujer.“
Ismael e Isaac, juntos, sepultaron a Abraham, su padre. Un dato para que consideren islámicos y judíos, tan enfrentados hoy día.
Luego, cada uno regresó a su tierra. En el caso de Isaac, junto al pozo del Viviente-Que-Me-Ve, también conocido como Beer-lajai-roi, en la región del Neguev.
Es una región árida -páramos, cañadas, cañones y grandes cráteres-, de clima extremo, que ocupa casi la mitad de la superficie terrestre de Israel, desde el sur hasta la frontera con Egipto (península del Sinaí) y Jordania (valle de Aravá). Su ciudad principal es Beerseba.
El pozo mencionado es famoso por la historia de Agar e Ismael, cuando fueron desterrados por Abraham a pedido de Sara. Fue Agar quien lo bautizó Viviente-Que-Me-Ve, luego de que el ángel le mostrara la vertiente para no morir de sed.
Es posible imaginar que para entonces, ya se habían marchado hacia sus nuevos horizontes los otros hijos de Abraham: Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa, y por eso no se los menciona en el sepelio de su padre.
El nombre de Madián viene de la palabra ‘Madón‘, que significa ‘concurso‘ o ‘pelea‘. Entonces su significado aludiria a ‘rencillas por conquistar el liderazgo‘, inclusive la palabra ‘competencia‘ podría incluirse.

Madián
Madián fue padre de una tribu nómada que tenía su centro en el noroeste de Arabia, al este del Golfo de Áqaba, también conocido como el Golfo de Eilat, que separa la península del Sinaí de la península arábiga.
Sus aguas comunican con el mar Rojo a través de los estrechos de Tirán.
Sus costas hoy pertenecen a Egipto (puerto Taba), Arabia Saudita, Jordania (puerto de Áqaba) e Israel (puerto de Eilat).
Existen los montes Madián en el noroeste de Arabia Saudita, a lo largo de la costa del Mar Rojo y el Golfo de Aqaba, llegando hasta la frontera con Jordania.
En el caso de Madián, tuvo 5 hijos: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda, nietos de Abraham, que se multiplicaron, tal como le había sido prometido al patriarca.
Los madianitas eran comerciantes que se desplazaban en caravanas, y a la vez realizaban temporadas de saqueos, durante las que acumulaban sus activos a comerciar.
La competencia por tierras y recursos, como pastos y agua, probablemente fue un factor importante en el conflicto. Las tribus nómadas, tal como los madianitas, a menudo entraban en conflicto con los agricultores sedentarios, tal como sucedió con los israelitas cuando se instalaron en Canaán.
Más tarde, los israelitas dijeron que eran llamados a mantener una identidad religiosa muy definida, limitando el contacto con sus vecinos, lo que generó tensión regional. En tanto los madianitas adoraban al dios Baal.
Cuando Israel, ya instalado en Canaán, se alejó de Jehová, se le permitió a los madianitas sojuzgar a los hebreos. La historia de Gedeón trata de un momento de reconciliación de Israel con Jehová, cuando ellos pidieron liberarse del yugo de sus hermanastros.
También el Corán menciona a Madián y al sacerdote Jetro.

Jetro
Jetro o Reuel fue un sacerdote madianita, y padre de Séfora, esposa de Moisés.
Para recordar: el israelita Moisés se enamoró y se casó con la madianita Séfora, y su protector fue su suegro, el sacerdote madianita Jetro.
Moisés llegó con 40 años, prófugo de Egipto pero educado en la corte del Faraón, muy diferente a cualquier otro errante por el desierto.
Se sentó junto a un pozo. Siete pastoras llegaron y empezaron a sacar agua para su rebaño. Cuando otros pastores intentaron ahuyentarlos, Moisés se levantó y, sin ayuda de nadie, derrotó a los acosadores. ¡Qué héroe! Entonces sacó agua para el rebaño (Éxodo 2:16-17).
Las pastoras regresaron a sus tiendas -eran pueblo nómada- y le contaron a su padre Reuel / Jetro sobre el egipcio. Reuel / Jetro les preguntó dónde estaba, porque quería comer con él y envió a sus hijas a buscarlo (Éxodo 2:18-20).
Sin duda, un diálogo interesante entre dos hombres que compartían valores comunes. La bondad no es monopolio de ninguna creencia.
Moisés, autor del Libro del Éxodo, no ofrece precisiones sobre ese encuentro. Lo cierto es que Abraham era el nexo que los unía. Moisés descendía del linaje de Abraham y Sara, y Jetro / Reuel descendía del de Abraham y Cetura (Génesis 25:1-4).
La conversión
Para sus seguidores, Baal era el ‘Señor de los Cielos’ y ‘El que Cabalga sobre las Nubes‘, responsable de las tormentas, la fertilidad y las lluvias. Solo quien vive en el desierto entiende el valor del agua.
¿Qué sabía Jetro / Reuel del Señor a quien había adorado Abraham?
En el Corán, el profeta Chu`ayb (Jetro en la Biblia), un madianita, ordena a su pueblo abandonar los ídolos para adorar a un único Dios.
Sin embargo, es posible que Jetro fuese un sacerdote de Baal, aunque respetuoso del culto que profesaba Moisés, y esa diferencia no le impidió incorporarlo a la familia. Séfora, hija de Jetro / Ruel fue la esposa de Moisés, y en aquella tierra de Madián tuvieron 2 hijos.
- Jetro significa “su excelencia“, y
- Reuel significa “amigo de Dios“.
Cuando Moisés tenía 80 años, Jehová lo envió a Egipto porque lo necesitaba como líder del pueblo que liberaría. Jetro / Reuel no se opuso.
Cuando Moisés ya estaba en el desierto, con Israel liberado, Jetro / Reuel llegó a visitarlo.
El campamento de Moisés estaba cerca del ‘monte de Dios’, probablemente Horeb (Éxodo 3:1; 18:5; 24:13).
Jetro / Reuel -mencionado 13 veces en el capítulo 18 como el suegro de Moisés- avisó de su llegada, trayendo a Séfora y a los 2 hijos madianitas de Moisés:
- Gersón (“Forastero he sido en tierra ajena“); y
- Eliezer (“El Dios de mi padre me ayudó y me libró de la espada del faraón“).
Moisés respondió saliendo del campamento a recibirlo. En señal pública de respeto, Moisés se inclinó ante Jetro / Reuel y luego lo besó. Luego entraron a una tienda y Moisés le relató todo lo sucedido.
El relato de Moisés:
“Se alegró Jetro de todo el bien que Jehová había hecho a Israel al haberlo librado de manos de los egipcios. Y Jetro dijo:
—Bendito sea Jehová, que los libró de manos de los egipcios y de manos del faraón. (…) Ahora sé que Yo Soy es más grande que todos los demás dioses, porque rescató a su pueblo de la opresión de los egipcios arrogantes.
Luego Jetro presentó una ofrenda quemada y sacrificios ante Dios.
Aarón y todos los ancianos de Israel lo acompañaron a comer lo que fue ofrecido en sacrificio en presencia de Dios.“
Jetro acababa de convertirse en un adorador de Jehová.
Hoy día, por algún motivo, los drusos se consideran descendientes de Jetro.
Los drusos son una comunidad étnica y religiosa que se autodenominan al-Muwahhidun (“el pueblo de la unidad“), y, desde el Islam chií, han incorporado tradiciones del cristianismo, el judaísmo y el hinduismo.
La enseñanza
Al día siguiente, Jetro / Ruel observó la rutina del campamento: Moisés dirimía las disputas de los israelitas. Jetro anticipó una grave crisis de liderazgo.
Por la tarde, Jetro / Reuel le hizo a Moisés 2 preguntas:
- “¿Qué es esto que haces por el pueblo?” y
- “¿Por qué te sientas tú solo y juzgas?”.
Moisés respondió que el pueblo “viene a mí para buscar la voluntad de Dios“.
Jetro, probablemente en privado, le dijo a Moisés: “Lo que haces no está bien. El trabajo es demasiado pesado para ti; te está agotando a ti y al pueblo“.
Jetro / Reuel, el madianita, aconsejó a Moisés, el hebreo: “Selecciona hombres capaces de entre todo el pueblo… y nómbralos como jefes de mil, de centena, de cincuenta y de diez“.
Enumeró sus requisitos:
- deben temer a Dios,
- ser dignos de confianza y
- aborrecer las ganancias deshonestas.
Jetro anticipó: “El pueblo se irá a casa satisfecho“.
Jetro omitió mencionar la evidente necesidad de Moisés de delegar y la reciente amenaza de los israelitas de apedrearlo (Éxodo 17:4).
El consejo de Jetro fue revolucionario.
Moisés aplicaba el modelo de gobierno que conocía: el del gobierno absoluto del faraón.
Jetro le aconsejó un modelo descentralizado.
El silencio de Dios —ningún comentario, reproche ni corrección— confirmó la sabiduría y el plan de Jetro.
Un madianita le otorgó a Israel su modelo institucional. Otra enseñanza para quienes reclaman el monopolio de ‘Pueblo Elegido‘. Dios mira más allá de lo que ven los humanos.