Los pueblos cristianos e islámicos han exhibido fobias mutuas desde hace tiempo. Hacia fines del siglo XI, las fuerzas del Islam habían conquistado dos tercios del mundo cristiano y la conquista turca de Asia Menor desde 1070 provocó un pedido de ayuda del Imperio Bizantino. Los católicos europeos respondieron con las Cruzadas contra el Islam,…
Los pueblos cristianos e islámicos han exhibido fobias mutuas desde hace tiempo.
Hacia fines del siglo XI, las fuerzas del Islam habían conquistado dos tercios del mundo cristiano y la conquista turca de Asia Menor desde 1070 provocó un pedido de ayuda del Imperio Bizantino. Los católicos europeos respondieron con las Cruzadas contra el Islam, entre 1096 y 1291 (inicialmente alentadas por el papa Urbano II, Odón de Chantillón). Él imaginó una alianza militar entre todos los países de la Europa católica para recuperar Jerusalén, y todo aquel que participase podría expiar la pena temporal de los pecados ya perdonados.
A su vez, la presencia del Islam en Europa es un fenómeno que se remonta a 711, cuando los musulmanes conquistaron amplios territorios en la orilla norte del Mediterráneo, y luego establecieron Califatos y Emiratos en la Península Ibérica durante más de 7 siglos, hasta la caída del último Emirato de Granada, en 1492.
El siglo XVI estuvo marcado por la persecución contra los moriscos (musulmanes convertidos al cristianismo) hasta su expulsión.
La expulsión de los moriscos de la Monarquía Hispánica fue ordenada por el rey Felipe III y ejecutada de forma escalonada. Tras la promulgación de los decretos de expulsión, se celebró el 25/03/1611 en Madrid una procesión de acción de gracias con la participación del monarca. Fueron perjudicadas unas 300 000 personas, la mayoría de los reinos de Valencia y de Aragón.
En el siglo XIX, Europa se lanzó a colonizar el mundo para aprovecharse de la riqueza de los territorios ocupados, y con una perspectiva de superioridad racial y cultural.
El mundo árabe islámico fue colonizado desde 1830, cuando Francia invadió Argelia; en 1839, los británicos, ocupados Adén, en Yemen; entre ambos se apropiaron de Túnez en 1881, Egipto en 1882, Sudán en 1898, así como Libia y Marruecos en 1912.
A los judíos no les fue mejor: en el 616, el rey visigodo Sisebuto ordenó la conversión forzosa o expulsión de los judíos. Sisebuto es recordado por la construcción de la iglesia de Santa Leocadia, en Toledo, España, más tarde la sede de cuatro concilios de los católicos apostólicos romanos.
En 1140, la dinastía bereber marroquí, que dominó gran parte de la península ibérica, prohibió la práctica del judaísmo por su gente, los almohades.
En 1182, el rey Felipe Augusto, de Francia, rival de Ricardo Corazón de León, de Inglaterra, ordenó la expulsión de los judíos y la confiscación de sus bienes, rompiendo la protección acordada por Luis VII.
En 1290, el rey Eduardo I de Inglaterra, ordenó la expulsión de los judíos.
Islamofobia
‘Choque de Civilizaciones‘ es el nombre que recibió una teoría acerca de las relaciones internacionales, formulada por Samuel Huntington en la revista estadounidense Foreign Affairs en 1993, y transformada en un libro en 1996.
Para él, durante la Guerra Fría los países se relacionaban o con USA o la URSS como aliados, satélites, clientes, neutrales o no alineados; sin embargo, en la etapa siguiente, la mal llamada ‘globalización‘, los países se relacionarían como Estados miembros de cada civilización.
Las líneas de fractura que él identificó fueron casi todas religiosas. Huntington clasificó 9 civilizaciones:
** Civilización occidental. Incluye principalmente a países cristianos (católicos y protestantes): Europa, América del Norte y Oceanía.
** Civilización ortodoxa. Europa Oriental y Rusia (coincide con la cristiandad oriental).
** Civilización latinoamericana. Sudamérica, Centroamérica, México y gran parte del Caribe. Es un vástago de la civilización occidental, sin embargo, Huntington propone considerarle como una civilización independiente.
** Civilización islámica. Oriente Medio, el Magreb, Somalia, Afganistán, Pakistán, Malasia e Indonesia.
** Civilización hindú. India y Nepal.
** Civilización sínica. China, Vietnam, Singapur, Taiwán, las dos Coreas y la diáspora china en Asia, el Pacífico y Occidente.
** Civilización japonesa. Archipiélago del Japón.
** Civilización africana. África Subsahariana.
** Áreas budistas del norte de la India, Nepal, Bután, Mongolia, Birmania, Tailandia, Camboya, Laos y Tíbet.
El español Fernando de Haro, quien ha recorrido Oriente, aportó a este debate:
“El fenómeno de la globalización ha provocado una reacción de identidades conflictivas. La globalización crea perplejidad porque destruye las culturas generadas por lo religioso y provoca rencor y miedo a perder lo propio. Y en esos momentos aparecen una serie de líderes que buscan un chivo expiatorio y explican que la culpa la tiene el otro, en este caso, los cristianos. En la India, los fundadores del hindutva, una ideología nacionalista e hinduísta que tiene ciertos paralelismos evidentes, incluso en el uso de uniformes, con (Benito) Mussolini, ven a los misioneros europeos como una agresión. Es la instrumentalización de la experiencia religiosa. En Europa pensamos que el mundo es secular, pero sólo lo es en ciertas partes del Occidente europeo. En el resto del mundo, lo religioso está muy presente. Unas religiones se relacionan más que otras con lo racional, pero cuando el círculo habitual entre lo cultural y lo religioso desaparece, surgen los fundamentalismos.”
El choque cultural / político / social entre Occidente cristiano y el Islam ha resultado mucho más intenso que cualquier otra contienda entre civilizaciones.
El citado de Haro describió un escenario espantoso en el Oriente que él visitó:
“Hay genocidios locales, como el de Orissa, en la India, que reúne las condiciones que jurídicamente establece la Convención de Naciones Unidas sobre el genocidio, como es la voluntad explícita de acabar con una población de un territorio o de desplazarla obligatoriamente siguiendo un proyecto definido. En el caso de Irak, por ejemplo, en la llanura de Nínive, en torno a Mosul, el Parlamento Europeo y la Secretaría de Estado de USA (en tiempos de Barack Obama) han calificado de genocidio el exterminio de los yazidíes. Pero en un sentido amplio, no sólo jurídico, estamos cuantitativamente ante la persecución mayor de toda la Historia, a pesar de que no podamos hacer un censo estricto de víctimas. En regiones del norte de Nigeria entierran a los muertos en fosas y no hay nadie para contar los asesinatos y secuestros de Boko Haram.”
Sin embargo, él se encargó de aclarar que no es una guerra de religión:
“Hay que estar sobre el terreno, y sobre el terreno se ven dos o tres cosas fundamentales, con todo el respeto a los señores de los ‘think tank’ que recomendaron la intervención en Irak. La primera es que el yihadismo es producto de una guerra interna dentro del islam, en la que hay una interpretación ideológica que pretende conducir al islam a una especie de nihilismo destructivo. El califato que se crea entre Siria e Irak en 2014 (N. de la R.: Isis o Ejército Islámico o Daesh) es una fórmula subvencionada con el dinero saudí y el dinero catarí para frenar la expansión de Irán, pero también es un intento de responder al choque del islam con la modernidad a través de una ideología neoislamista. Eso no es una guerra de religión entre el cristianismo y el islam. Es el resultado de la seducción por el nihilismo que tiene como víctimas a los cristianos, pero también a todos los suníes que profesan su religión sin aceptar nuevas formas de teocracia.”
09/09/2001
En el Mediterráneo Oriental, los otomanos islamizados derrotaron a los griegos, expulsándolos de Anatolia y capturaron Constantinopla (1453), que se llamó Estambul. Luego conquistaron toda la zona de los Balcanes.
Los países bálticos se independizaron en el siglo XIX, antes de la disgregación del Imperio Otomano tras la 1ra. Guerra Mundial. Los musulmanes bosnios, albaneses y kosovares nunca fueron expulsados y son parte de la población autóctona de Europa. También existen musulmanes autóctonos en Rumania y Bulgaria.
Después de la 2da. Guerra Mundial, los musulmanes nuevamente emigraron a lo que hoy es la Unión Europea, donde suman 25 millones de personas, 5% de la población del continente.
Esto ocurrió porque los países europeos, devastados por la guerra, iniciaron un proceso de reconstrucción, recurriendo a sus antiguas colonias para compensar la escasez de mano de obra local. Millones de musulmanes dejaron sus países de origen desde los años ’50, buscando empleo, ventajas sociales y mayores remuneraciones; y contribuyeron al ‘boom‘ de varios países de Europa.
La convivencia fue posible durante casi medio siglo. Es relativamente reciente el nuevo escenario de intolerancia extrema, en el cual muchos cristianos se han quejado de persecución y genocidio en zonas controlados por el Islam fundamentalista, y los musulmanes han denunciado islamofobia en Occidente.
El debate sobre el Islam se encuentra presente desde la ferocidad de al-Qaeda, y luego ISIS / Estado Islámico / Daesh (ex Organización para el Monoteísmo y la Yihad), a la furia anti inmigrantes que enarbola como bandera la extrema derecha europea y estadounidense.
La reivindicación simultánea de Abraham y Moisés contrasta con la incorrecta generalización de la acción de un grupo minoritario que ejecutó los atentados del 11/09/2001, a su vez origen de la ‘Patriot Act’ en USA que puso en jaque la democracia, los derechos y la libertad, corroborado por testimonios tales como WikiLeaks y el de Edward Snowden.
“El antisemitismo ha cobrado un vigor inesperado en el último lustro, particularmente en la Unión Europea, que no solo afecta a los judíos, también a diferentes sectores de la sociedad global. Paralelamente la islamofobia en el mundo ha estado en ascenso continuo desde los atentados terroristas del 11/09/2001 en USA”, recordó León Opalín, en el diario El Financiero, de Ciudad de México.
Uno de los factores que ha incrementado la islamofobia ha sido los atentados terroristas en diversas partes del mundo, casi siempre reivindicados por el fundamentalismo islámico, amante de la yihad.
El objetivo fundamental de la yihad es extender el Dar al-Islam -la morada del Islam- en el Dar al-Harb, o sea la morada de la guerra. La yihad es expansionista. Para quienes no son ‘Pueblo del Libro‘ -o sea que no son cristianos ni judíos- la opción es convertirse al Islam o morir. Para los que sí son ‘Pueblo del Libro‘, la opción es someterse a la ley islámica o morir. Por consiguiente, la expansión del Islam se relaciona con los éxitos militares de las yihad.
Pero no todo el Islam es la yihad.
Sin embargo, desde el 11-S crecieron las agresiones contra las comunidades árabes en el mundo occidental.
Y todo tiene consecuencias: por ejemplo, en agosto de 2014, batallones de Isis / Daesh arrasaron los asentamientos cristianos de la llanura de Nínive, al norte de Mosul. Más de 120.000 cristianos tuvieron que huir a la ciudad kurda de Erbil.
Durante los siguientes 3 años, su apoyo fue el arzobispo católico caldeo de Erbil, Bashar Matti Warda.
La Iglesia Católica Caldea es una de las 24 Iglesias ‘sui iuris‘ integrantes de la Iglesia Católica, utiliza el idioma siríaco oriental como lenguaje litúrgico y el árabe como lengua auxiliar, y está presidida por el patriarca de Babilonia de los caldeos (hoy día el cardenal iraquí Luis Rafael I Sako).
A partir de 2016, comenzó el retroceso de los terroristas y muchos de los cristianos regresaron a lo que quedaba de sus ciudadaes, aunque otros decidieron quedarse en Erbil o emigrar del país.
Según Warda, el ataque de Isis / Daesh fue una situación excepcional, pero no aislada, en el ciclo de violencia recurrente que sufren los cristianos en el Cercano Oriente desde hace años. El problema en esta ocasión fue que acabó con la tolerancia y la convivencia entre las diferentes religiones presentes en Irak.
Según él, la construcción de un futuro mejor pasa por un trabajo dentro del mundo musulmán, y señala lo que está sucediendo en países como Egipto, Jordania o, incluso, Arabia Saudí.
No generalizar
Hay bondadosos y malvados en todas las religiones. Hay asesinos y héroes de un lado como del otro. Pero los malos parecen prevalecer en cada vez más ocasiones porque la humanidad pierde la fraternidad, la humildad y la solidaridad.
La vanidad, el egoísmo y la avaricia son los pasaportes a la violencia, la incomprensión y la única pérdida de identidad que importa es el alejamiento del Dios creador de todos.
En el caso de USA, Human Rights Watch encontró que los delitos de odio contra musulmanes se multiplicaron por 17 entre 2000 y 2001, a partir de los meses posteriores a los atentados del 11-S.
En un estudio de la británica Universidad de Leicester se narran acciones tales como “acusar a un ciudadano árabe de terrorista para que se baje de un ómnibus” o “lanzamientos de huevos contra estas personas”.
Los causantes de las agresiones argumentan que “no les gusta el islam puesto que victimiza a las mujeres e impide la integración de los ciudadanos que lo profesan“.
El periodista estadounidense Stephen Schwartz ha definido la islamofobia como:
“La condenación del conjunto del islam y su historia como extremista, negando la existencia de una mayoría islámica moderada y considerando el islam como un problema general para el mundo, tratando los problemas concernientes a los musulmanes como su propia culpa e incitando a la guerra contra el conjunto del islam“.
Pero también los cristianos la pasan mal en Oriente. Fernando del Haro describió:
“He conocido a muchachos, cuando el Daesh controlaba la zona de Nínive, a los que les han puesto una pistola en la cabeza y al negarse a pronunciar la ‘shajada’, la profesión de fe musulmana, les han pegado un tiro. (…) El siglo XXI es el siglo del martirio para el cristianismo, porque en muchos lugares el cristianismo es la religión nueva. En sociedades como las nuestras se nos hace difícil comprender que alguien esté dispuesto a perder la vida por no renunciar a una creencia (…) Para mucha gente, el cristianismo no es una tradición, no es un legado intelectual ni un conjunto de normas, es una experiencia de liberación real y a esa experiencia no se puede renunciar. Cuando a un dalit (un paria) de la India, al que tratan cruelmente como la reencarnación de un error del pasado, alguien empieza a tratarlo como a una persona, con dignidad y con respeto, ya no renuncia a ese vínculo afectivo.”
Islamofobia
No sólo en USA. También en Europa se cuestionó al Islam por el peligro de una pérdida de identidad frente a los musulmanes.
Por ejemplo, el politólogo Giovanni Sartori, fallecido en abril de 2017, supuestamente un intelectual de izquierda, en la presentación en España de su libro ‘La Sociedad Multiétnica, Pluralismo, Multiculturalismo y Extranjeros’, afirmó que el Islam representa el extremo más alejado de Europa, de su visión teocrática del mundo; sus creencias están en contra de un sistema pluralista, y la integración de sus fieles es muy difícil.
Robert Redeker, escritor y profesor de Filosofía francés (1954), publicó una columna en el diario ‘Le Figaro’ afirmando que Occidente se encuentra de nuevo bajo la violencia ideológica y describió al Corán como “un texto de una violencia inaudita”; Mahoma, “un jefe guerrero despiadado que practicaba el pillaje, masacraba a judíos y era polígamo” y al Islam como “una religión que en su libro sagrado, así como en muchos de sus retos banales, exalta la violencia y el odio”.
Luego, Redeker recibió amenazas de muerte de parte de grupos islamistas radicales. La grieta se agrandó.
Sin embargo, cuando a Fernando de Haro le preguntaron: “¿El islam es incompatible con la democracia?”, él respondió:
“El islam no es un bloque homogéneo y países como Egipto nunca tendrá una democracia de corte occidental y laicista como las surgidas tras la Revolución francesa. Ése es el grave error de incomprensión que comete Europa. La democracia no es un paisaje, no son unos valores abstractos, está basada en una cultura y una antropología. Y es verdad que desde el punto de vista fundacional el islam tiene una dificultad para evolucionar hacia un concepto de democracia en la que se establezca la separación neta entre Iglesia y Estado, aunque Bernard Lewis sostiene que en el Califato Omeya hubo cierta división entre lo religioso y lo político. Lo interesante es que declaraciones como la de Marrakech en 2016 se abren al concepto de un sujeto que tiene derechos como ciudadano. Dentro de las élites egipcias hay gente pensando en esta dirección y dentro del chiísmo hay interpretaciones del islam que podrían significar una apertura. Pero de momento, no. Ahí está el fracaso de las primaveras árabes por falta de un sujeto institucional real que ha hecho imposible la democracia. Túnez sí tenía un sujeto institucional y por eso allí sí triunfó. En Egipto, los jóvenes pierden la revolución porque el integrismo de los Hermanos Musulmanes está mucho mejor organizado. Hay que seguir con interés los debates que se están produciendo en el islam real, no en el islam imaginado.”
Sin embargo, la islamofobia se ha convertido en un hecho global y que no duda en utilizar el terrorismo como forma de acción contra el terrorismo.
Alberto Priego, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas, recordó en el diario El Mundo, de Madrid, España, que la polémica se remonta a mediados de los años ’70, cuando el activista palestino-estadounidense Edward Said -también crítico literario y musical- mencionó la “cuestión musulmana” que incluía
** el embargo del petróleo impuesto por la OPEP,
** la Revolución Islámica de Irán, y
** los secuestros de occidentales en el Líbano.
En tanto, el agotamiento de los años de bonanza económica en Europa provocó que los inmigrantes islámicos pasaron a la categoría “ladrones de trabajo” a la vez que o frenaron o rechazaron su integración plena a las sociedades donde permanecían.
Altwajario Abdulazis Otman, de nacionalidad saudí, Director General de la Organización Islámica para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con sede en Rabat Marruecos, creado en 1982 por la Organización de la Conferencia Islámica, a imagen de la UNESCO (para promover un punto de vista islámico sobre la ciencia y la cultura), no descarta la culpa “en el otro”, que admite que las comunidades musulmanas radicales en países occidentales, no han sabido organizarse para defender sus intereses, sin faltar a sus obligaciones civiles como ciudadanos de esos países; se han negado a integrarse y respetar a las culturas y valores occidentales, lo cual no significa que pierdan su identidad religiosa.
Opalín agregó: “(…) Para Altwajario históricamente ha existido un sesgo “injusto y ofensivo” en el relato cristiano sobre el islam, que incluye las guerras cruzadas y la ocupación colonial moderna de grandes territorios de musulmanes en el mundo que fueron saqueados. Según Altwajario el colonialismo favoreció la creación de regímenes crueles que privaron a los ciudadanos musulmanes de libertad y dignidad, dos factores que explican la migración de cientos de miles de musulmanes hacia occidente, especialmente a Europa. Esta migración masiva causó desequilibrios en las naciones a las que llegaron y que han sido utilizados por razones políticas y electorales por los partidos de extrema derecha en busca de votos. (…)”.
Todo fue aún peor cuando llegó el terrorismo de Al Qaeda, los atentados del Estado Islámico y la ‘Guerra contra el Terror‘.
De un lado, musulmanes que reivindican una falsa identidad que los convierte en fanáticos, y del otro, occidentales que reivindican sus supuestos orígenes judeocristianos aferrándose a fuerzas neofascistas y postfascistas como Amanecer Dorado en Grecia, Alternativa por Alemania, el Frente Nacional francés, VOX español, etc.
Una encuesta entre 2.000 británicos realizada por la Comunidad Musulmana Ahmadiyya -más de 10 millones de seguidores en 200 países- en colaboración con la empresa británica ComRes, que fue difundida en la convención musulmana más grande del Reino Unido, Jalsa Salana, en Alton, informó que casi 33% de los encuestados cree que el Islam alienta a los musulmanes a realizar actos de violencia contra los no musulmanes y 48% cree que el Islam es incompatible con los valores del Reino Unido.
Los colectivos más vulnerables al fenómeno de la islamofobia son los jóvenes y las mujeres. Esto es similar a lo que sucede con la persecución de los cristianos en los territorios del Islam.
La islamofobia -ya sea latente o expresa- potencia la radicalización y el terrorismo: si las comunidades musulmanas no encuentran suficiente protección en el sistema, de maner tal que se les permita expresar su religiosidad con garantías, habrá quienes pierdan la lealtad y la confianza en el sistema políticos y buscarán “nuevos protectores“.
Guantánamo es la catedral de la islamofobia. Debe considerarse que los cinco detenidos en la cárcel militar estadounidense en la isla de Cuba por los atentados cometidos el 11S no fueron llevados aún a juicio, y probablemente esto nunca suceda, porque no puede ser presentado como prueba aquella información obtenida bajo tortura. Y hubo mucha tortura.
Entonces, ‘el Sistema‘ republicano occidental y cristiano resulta que tiene un capítulo judicial insuficiente o no idóneo. Ahora bien, si ‘el Sistema‘ no puede lograr la autodefensa en el marco de la Ley, es profunda la crisis de ‘el Sistema’.
Un evento
Interesante la inauguración de la exposición “Destrozando la Justicia y recreando la amenaza musulmana: una línea de tiempo visual”, en Washington, D.C., el miércoles (11/09). Los asistentes también participaron de un taller sobre organización cultural, ilustrado con partes de discursos de los presidentes Donald Trump, Barack Obama y George W. Bush.
Según Aysha Khan, en Religion News, el evento ocurrió con motivo del 18vo. aniversario del 11S, y se trata de ‘línea de tiempo visual‘ que busca documentar las políticas y programas de USA que, según los activistas musulmanes y de derechos civiles, han dado lugar a grandes violaciones de los derechos humanos.
“El objetivo es subrayar cómo la guerra contra el terrorismo está tan arraigada en la islamofobia y exhibir la historia de las formas en que los musulmanes han sido impactados“, dijo Maha Hilal, investigadora de la guerra contra el terrorismo y codirectora del colectivo Justicia para los Musulmanes, que dirigió el esfuerzo de un año para producir la línea de tiempo.
La ilustradora Zaynub Siddiqui y la diseñadora gráfica Maura Dwyer, de The Sanctuaries DC, un espacio comunitario para artistas y activistas que incluye a varios miembros musulmanes, ilustraron y diseñaron los 19 paneles que comprenden la línea de tiempo.
Los eventos en el cronograma incluyen la campaña contra Afganistán y la autorización para el uso de la fuerza militar en 2001; el establecimiento del Departamento de Seguridad Nacional y la firma de los llamados Memos sobre Tortura en 2002; la publicación en 2004 de fotografías del abuso y la tortura de los reclusos de la prisión de Abu Ghraib; el asesinato del periodista y disidente saudita Jamal Khashoggi; el controvertido fallo de la Corte Suprema de Justicia de USA contra un preso musulmán condenado a muerte que buscaba la presencia de un imán en su ejecución; y el veto de Trump en julio de las resoluciones del Congreso que buscaban impedir que su administración vendiera armas a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos sin la aprobación del Congreso: más de 100 eventos en la línea de tiempo con solo un lápiz, un marcador negro y un papel blanco.
“Leer lo que sucedió en 2001 no se compara con ver lo que sucedió en 2001“, dijo. “Puedes leer cualquier cosa y no siempre resonará contigo. La esperanza es que una línea de tiempo gráfica vigorice algunas emociones“.
“Guantánamo establece los límites morales de lo que se considera un tratamiento aceptable para los musulmanes“, dijo Hilal sobre la prisión donde decenas de detenidos permanecen sin cargos. “Cuando tienes un lugar donde se han utilizado las formas más atroces de tortura contra los musulmanes, cualquier cosa menos que eso se considera casi benigna“.
El trabajo es también para el público no musulmán y “todas las personas que se preocupan por crear un mundo más justo“, dijo el reverendo Erik Martínez Resly, quien fundó The Sanctuaries y supervisó la producción de la línea de tiempo.
Sin duda, el recuerdo del 11S es mucho más complejo que sólo el 11S.