El alcohol cambia la conducta y la percepción de la realidad, y estas son sólo dos de las razones por las que cada vez más personas optan por abandonar su ingesta por completo. Rol histórico y conciencia actual Afirmar que una conducta se perpetuó por siglos suele ser un argumento en defensa de ciertas sustancias…
El alcohol cambia la conducta y la percepción de la realidad, y estas son sólo dos de las razones por las que cada vez más personas optan por abandonar su ingesta por completo.
Rol histórico y conciencia actual
Afirmar que una conducta se perpetuó por siglos suele ser un argumento en defensa de ciertas sustancias o hábitos dañinos para la salud. Asimismo sucede con el alcohol que a pesar de su innegable rol social, las cifras exclaman los daños y consecuencias que genera.
Hay registros de su consumo en China desde el 7.000 a.C. y la Sura fue característica en India desde el 3.000 a.C. En Grecia y también durante el Imperio Romano se da cuenta de la ingesta del popular aguamiel, considerado precursor de la cerveza y presente en la literatura antigua. Asimismo en Latinoamérica también ha sido una bebida utilizada aunque con leves diferencias en su preparación y su significado, ligado a lo sagrado. Además, en el Nuevo Continente existen evidencias de otros compuestos similares pero a base de maíz, uva y manzana.
En el periodo posterior a la invasión y conquista, las bebidas alcohólicas comenzaron a tener una función relacionada a la salud, como lo demuestra por ejemplo la creación de la ginebra, que es atribuida a un médico procedente de Holanda.
Esta tendencia comenzó a revertirse hacia el siglo XX cuando una función peyorativa ganaba terreno frente a la visión curativa. En ese contexto surge la conocida Ley Seca que prohibía la producción e ingesta de licores en Estados Unidos.
Con aquella norma derogada y más conocimiento científico acerca de la relación de estos consumos con otras enfermedades no trasmisibles, el escenario mutó hacia la búsqueda de la moderación.
Actualmente, el desafío reside en generar coherencia entre el conocimiento del rol social que tiene y tuvo el alcohol, con la conciencia acerca de sus riesgos.
Consumo problemático
La Organización Mundial de la Salud afirma que la ingesta nociva de bebidas alcohólicas causa 2,5 millones de muertes anuales en el mundo y en Argentina hay casi 2 millones de personas que sufren dependencia y 25 mil mueren al año por causas relacionadas directamente, como accidentes automovilísticos o enfermedades cardiovasculares.
En diálogo con el médico psiquiatra Iván Jurczuk se despejan dudas sobre este difícil escenario:
- ¿Por qué se habla del consumo problemático?
Antes se hablaba del trastorno por abuso de sustancias que era cualquier ingesta que provoque daños al individuo y/o a la sociedad. Pero ahora hablamos del consumo problemático porque los perjuicios siempre están, por ejemplo alguien que toma un vaso de vino al día tiene un leve deterioro en su hígado. Como médico, acepto que es una costumbre socialmente impuesta pero no la apruebo.
- ¿Cómo detectar si se volvió problemático?
Básicamente modifica la conducta hasta no poder compartir con la persona en su comportamiento normal en sobriedad. Además en 9 minutos la sustancia está en el cerebro y genera gratificación, lo que es un riesgo aún mayor si se busca esa sensación constantemente porque se corre peligro de sumar otros hábitos de gratificación inmediata.
- ¿Cómo afecta a la persona?
Está relacionado al fracaso académico, familiar y laboral. Si bien hay gente exitosa que tomó o se drogó siempre, no es la mayoría y el éxito no tiene que ver con el consumo. Muchos dicen “nunca me emborracho, nunca hago lío”, pero les afecta aunque no lo perciban porque eso es básicamente lo que hace, cambiar la percepción. Todos somos una mejor versión de uno mismo sin alcohol.
Los riesgos para los jóvenes
La Fundación Interamericana del Corazón afirma que “quienes comienzan a beber antes de los 15 años de edad tienen cuatro veces más probabilidades de convertirse en dependientes del alcohol, y casi siete veces más probabilidades de sufrir lesiones en un accidente de vehículo o una pelea física”.
- ¿Cómo se pueden prevenir estas situaciones?
Se calcula que la primera vez que alguien toma es a los cinco años en la propia casa y es en esa edad en la que se genera la primera poda del sistema neuronal, es decir que se cortan todas las vías que ya no se usan y se instalan nuevas, por eso no tenemos prácticamente ningún recuerdo anterior. Lo que se desarrolla es la plasticidad neuronal y si durante ese periodo se entrenó al cerebro para la gratificación inmediata sin importar el costo, el resto de la vida va a ser difícil que sea diferente.
- En los últimos siete años hubo un crecimiento de 50% en el consumo de alcohol entre menores de 14 años, ¿a qué crees que se debe?
Tiene que ver con el cambio generacional, antes las personas se proyectaban más a largo plazo y ligado a eso estaba la satisfacción a futuro, como las carreras universitarias, la familia, la casa. Hoy en día se estima que el trabajo de un joven dura sólo dos años, porque el sistema es así y no es culpa de nadie. Todo esto favoreció el consumo de sustancias adictivas y los que nacieron a partir del 80 crecieron buscando la gratificación inmediata.
Conciencia y acción
- ¿Cómo afecta a quienes toman medicación psiquiátrica?
El alcohol es un desregulador del sistema nervioso porque es un depresor, entonces a un psicótico lo va a psicotizar y a un depresivo lo va a deprimir más. Si se está transitando un tratamiento con antidepresivos que demoran 25 días en actuar y a la vez se toma alguna bebida que tarda 9 minutos en hacer efecto, no hay forma de competir. El problema no es la combinación en sí sino el estado de la persona.
- ¿Cómo haces para recomendar cero alcohol?
Hace poco vino a consulta una chica que estaba comenzando el periodo de las fiestas de 15 de todas sus amigas y me preguntó si podía tomar. Ella está en un tratamiento y no es recomendable, pero tampoco puedo negar la realidad y decirle que lo evite rotundamente. Lo que hice fue reforzar la idea de lo bueno que es que sus amigos la vean sobria y bien.
- ¿Cuáles son las medidas que pueden tomarse ante este escenario?
Lo primero es aceptar la cultura que impone el consumo, pero no aprobarlo. Y sobre todo, tener una actitud en acción porque la paz no es pasividad. Como decía Luther King: “no me preocupa la maldad de los malos sino la pasividad de los buenos”.
Algunas de las respuestas a esta problemática podrían ser, según la Fundación Interamericana del Corazón:
- Aplicar impuestos para reducir su asequibilidad
- Prohibir toda forma de publicidad, promoción y patrocinio
- Restringir el acceso al alcohol de los menores de edad
- Fortalecer la respuesta de los servicios de salud