Los 2 capítulos iniciales de la Biblia cuentan el mundo antes de la caída de Adán y Eva. Los 2 capítulos finales de la Biblia cuentan cómo será el mundo luego de su restauración. La Biblia es una historia de la Redención de la Humanidad. No de un territorio. Sin embargo, el sionismo cristiano cree…
Los 2 capítulos iniciales de la Biblia cuentan el mundo antes de la caída de Adán y Eva. Los 2 capítulos finales de la Biblia cuentan cómo será el mundo luego de su restauración. La Biblia es una historia de la Redención de la Humanidad. No de un territorio.
Sin embargo, el sionismo cristiano cree y predica que los cristianos tienen el deber de apoyar al Estado de Israel, basándose en la interpretación bíblica de que el retorno del pueblo judío a la ‘tierra prometida’ es un cumplimiento de la profecía y un requisito para la 2da. venida de Cristo.
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Aquí los antecedentes de este texto
Crisis del Sionismo Cristiano (1): Tucker Carlson, Nick Fuentes y otros
Crisis del Sionismo Cristiano (2): ¿Convicción o dinero de Israel?
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Pero la profecía de Jesús es otra: “Y este Evangelio del Reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin“.
El sionismo cristiano intenta presentar un fundamento bíblico en la promesa a Abraham de Génesis 12:2 y 3:
“Yo haré de ti una gran nación. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra“.
Abraham tuvo 8 hijos:
- Isaac con Sara,
- Ismael con Agar,
- Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súaj con Quetura.
¿Por qué Dios bendeciría a los descendientes de un hijo de Abraham y maldeciría a los descendientes de los otros hijos de Abraham? En este caso, Dios estaría incumpliendo una promesa suya, cuando, en verdad, son eternas tal como lo es Él.
El sionismo cristiano avanza con su teoría sobre la territorialidad de Israel, en Génesis 12:14-16:
“Después de que Lot se apartó de Abrán, el Señor le dijo a Abrán: «Levanta ahora tus ojos, y desde el lugar donde estás mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el oriente y el occidente. Toda la tierra que ves, te la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Yo haré que tu descendencia sea como el polvo de la tierra. Si hay quien pueda contar el polvo de la tierra, entonces también tu descendencia podrá ser contada. Levántate, recorre la tierra a todo lo largo y lo ancho de ella, porque a ti te la daré.»
Pero es una equivocada interpretación del texto bíblico. Abraham no buscaba un territorio al cual aferrarse. Los cristianos conocen el texto de Hebreos 11:
“Por la fe Abraham, cuando fue llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe él habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, viviendo en tiendas con Isaac y Jacob, los coherederos de la misma promesa, porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. (…) Conforme a su fe murieron todos estos sin haber recibido el cumplimiento de las promesas. Más bien, las miraron de lejos y las saludaron, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Los que así hablan, claramente dan a entender que buscan otra patria. Pues si de veras se acordaran de la tierra de donde salieron tendrían oportunidad de regresar. Pero ellos anhelaban una patria superior; es decir, la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse el Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad.”
Es tan contundente la definición que reduce al sionismo cristiano a un posible acuerdo económico-financiero entre algunos dirigentes cristianos y algunos mecenas del judaísmo ortodoxo.
El Pacto original
Muchos consideran que un Antiguo Pacto fue establecido entre Dios e Israel en el Sinaí a través de Moisés, basándose en los 10 Mandamientos.
Y que un Nuevo Pacto fue establecido por Jesús, a través de su sacrificio y resurrección.
Esto es completamente falso.
El 1er. pacto entre Dios y la Humanidad fue en el Huerto del Edén, entre Dios y Adán, aún antes de la existencia de Eva:
“Y el Señor Dios mandó al hombre diciendo: “Puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás”.
El pacto fue incumplido por Eva y Adán. Y tuvieron que abandonar el Huerto porque era un territorio de Dios. Todo lo que poseemos es de Dios y somos, apenas, administradores condicionados al cumplimiento de los pactos.
Y la tenencia siempre es condicional porque depende no sólo de la aceptación sino de la renovación cotidiana de aquella aceptación, expresada a través de la obediencia en el marco del libre albedrío.
No es posible un pacto con Dios sin una relación con Dios. Y Dios siempre ofrece una relación personal, sin intermediarios.
El incumplimiento del Pacto N°1 obligó a renovar la promesa de bendición pero en otro contexto: el Gran Conflicto que no comenzó en el Edén sino antes, obligó a una versión 2.0. Aquí el relato que escribió Moisés:
“Entonces el Señor Dios dijo a la serpiente:
—Porque hiciste esto, serás maldita entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón.
A la mujer dijo:
—Aumentaré mucho tu sufrimiento en el embarazo; con dolor darás a luz a los hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él se enseñoreará de ti.
Y al hombre dijo:
—Porque obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol del que te mandé diciendo: “No comas de él”, sea maldita la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás.”
Es imposible realizar cualquier interpretación sobre Dios sin considerar la profundidad de este texto que plantea la contienda verdadera.
Sionismo cristiano y el falso Pacto
Hubo un problema: Abraham y Sara creyeron que Dios demoraba en cumplir su promesa y que ellos debían ayudar a Dios. Así nació Ismael, y las consecuencias son permanentes.
Sin embargo, Dios cumplió su promesa, y Abraham tuvo una oportunidad de enmendar su relación con Dios. Lo hizo de una manera tan contundente que Jehová le juró por él mismo que en él serían benditas todas las familias de la tierra:
“El ángel del Señor llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo, y le dijo: —He jurado por mí mismo, dice el Señor, que porque has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único, de cierto te bendeciré y en gran manera multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está en la orilla del mar. Tu descendencia poseerá las ciudades de sus enemigos. En tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste mi voz.”
El apóstol Pablo explicó en la Carta a los Gálatas 3:16 que esas promesas hechas a Abraham tienen su cumplimiento en Jesús, simiente de Abraham. No en el territorio de Israel.
“Hermanos, hablo en términos humanos: Aunque un pacto sea de hombres, una vez ratificado, nadie lo cancela ni le añade. Ahora bien, las promesas a Abraham fueron pronunciadas también a su descendencia. No dice: “y a los descendientes”, como refiriéndose a muchos, sino a uno solo: y a tu descendencia, que es Cristo.”
El apóstol Mateo recordó la genealogía de Jesús que los sacerdotes judíos decidieron no investigar en su tiempo. El tan ignorado José, padre de Jesús -todo el énfasis histórico se enfoca en María, la madre-, era linaje de Abraham:
La extensión de la bendición de Dios a Abraham a todos a través de Jesús la explicó otro judío apóstol, Pedro, y aquí el relato de Lucas, en Hechos de los Apóstoles:
“Ustedes son los hijos de los profetas y del pacto que Dios concertó con sus padres, diciendo a Abraham: En tu descendencia serán benditas todas las familias de la tierra. Y después de levantar a su Siervo, Dios lo envió primero a ustedes, para bendecirles al convertirse cada uno de su maldad“.
La bendición consiste en que Cristo redime de toda maldad a quien cree en su sacrificio (1 Juan 1:9): “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.”
La promesa es la Redención, no la Ley. Esto lo saben los cristianos. La Ley es fundamental para ordenar la relación entre Dios y sus hijos, y entre ellos. Pero es propio de fariseos creer que cumplirla concede la Redención.
Los cristianos en Galacia o Galatia -región de Asia Menor hoy parte de Turkiye, asiento de tribus migratorias de galos procedentes del centro de Europa a principios del siglo III a. C. y luego provincia de Roma evangelizada por Pablo- debatían alcanzar una justificación por obras –por circuncisión–, pero Pablo les recuerda la promesa de Dios a Abraham: “En ti serán benditas todas las naciones“.
Pablo utiliza la carta a los Gálatas para poner en contraste 2 pactos (Gálatas 4:24): uno falso y otro verdadero.
El pacto falso es simbolizado en el esfuerzo de Abraham y Sara de ayudar a Dios forzando la maternidad de la esclava Agar (madre de Ismael). Pablo lo aplica para referirse al esfuerzo de los judíos fariseos (de antes y de ahora) de creer que la salvación es cumplir la Ley.
El verdadero pacto es simbolizado en la fe de Abraham aceptando la voluntad de Dios, que es la Redención a través de Jesús, en quien se cumplen las promesas desde Abraham hasta el final.
Toda la Bibliba es Cristocéntrica. Israel no es más importante que Jesús. Gravísimo olvido de John Nelson Darby, los Hermanos de Plymouth y sus seguidores, desde Cyrus Ingerson Scofield, hasta el presente.
Por lo tanto, hay un único Pacto entre Dios y la Humanidad, renovado en varias ocasiones a causa del incumplimiento de los humanos. Pero es un Pacto Eterno a través de Jesús, no de Israel, cuyos dirigentes religiosos rechazaron a Jesús… porque ellos creían en el falso Pacto.




