El rey Salomón (o Jedidías), hijo del rey David, fue el 3er. y último monarca del reino unido de Israel, antes de la separación del territorio israelita en los reinos de Judá e Israel. Durante la primera mitad de su reinado, su eje fue la Ley de Jehová (y el pueblo entero lo obedecía). "Y…
El rey Salomón (o Jedidías), hijo del rey David, fue el 3er. y último monarca del reino unido de Israel, antes de la separación del territorio israelita en los reinos de Judá e Israel.
Durante la primera mitad de su reinado, su eje fue la Ley de Jehová (y el pueblo entero lo obedecía).
“Y Salomón sucedió en el trono del Señor a su padre David, y tuvo éxito. Todo Israel le obedeció.”
Crónicas 29:23
Pero en la segunda mitad de su reinado sus esposas extranjeras le “desviaron el corazón”.
“Tuvo setecientas esposas que eran princesas, y trescientas concubinas; todas estas mujeres hicieron que se pervirtiera su corazón.”
1 Reyes 11:3
Las obras de construcción e infraestructura emprendidas por Salomón y el boato de su corte exigían impuestos elevados y mucha mano de obra barata.
Los privilegios concedidos a Judá, donde estaba Jerusalen, hicieron crecer el descontento entre las diez tribus del Norte (las más acaudaladas).
La polémica era hipócrita porque el bellísimo templo no había cumplido su misión de atraer a los politeístas al culto del Dios Verdadero, ya que en los tiempos de Salomón ingresaron a Jerusalén tantos dioses extraños a la adoración a Jehová.
Jeroboam era un funcionario de Salomón.
Cuando el profeta Ahías, de Siló, afirmó que Jeroboam gobernaría las diez tribus del norte de Israel, comenzó una conspiración pero al ser descubierto, escapó a Egipto (1 Reyes 11:29-40), donde estuvo durante un tiempo bajo la protección del rey Sisac.
“Ahora voy a arrancarle de la mano a Salomón el reino, y a ti te voy a dar diez tribus.
A él le dejaré una sola tribu, y esto por consideración a mi siervo David y a Jerusalén, la ciudad que he escogido entre todas las tribus de Israel.
Voy a hacerlo así porque él me ha abandonadoy adora a Astarté, diosa de los sidonios, a Quemós, dios de los moabitas, y a Moloc, dios de los amonitas. Salomón no ha seguido mis caminos; no ha hecho lo que me agrada, ni ha cumplido mis decretos y leyes como lo hizo David, su padre.
Sin embargo, no le quitaré todo el reino a Salomón, sino que lo dejaré gobernar todos los días de su vida, por consideración a David mi siervo, a quien escogí y quien cumplió mis mandamientos y decretos.
Le quitaré el reino a su hijo, y te daré a ti diez tribus.”
1ra. Reyes 11:31-35
“Salomón, por su parte, intentó matar a Jeroboán, pero este huyó a Egipto y se quedó allí, bajo la protección del rey Sisac, hasta la muerte de Salomón.”
1ra. Reyes 11:40
Después de la muerte de Salomón, la carga tributaria detonó conflictos institucionales. Así ocurrió lo que para muchos fue una Revolución de los Contribuyentes, y para otros sólo el cumplimiento de una profecía.
Roboam (o Raboán), hijo de Salomón, no atendió los reclamos de los ancianos acerca de que los tributos eran excesivos. Esto provocó la división del territorio que había consolidado David y heredado Salomón.
Ambos reinos -Israel y Judá- se enfrentaron con frecuencia, lo que aprovecharían los Estados enemigos vecinos. Así, en el 5to. año del reinado de Roboam, el faraón Sheshonq I pudo saquear el Templo de Jerusalén.
En tanto, Jeroboam I reconstruyó y fortificó Siquem como la capital de su reino. Casi inmediatamente erigió un becerro de oro tanto en Dan como en Betel, donde él los estableció como símbolos de Dios, imponiendo a la gente no ir más al Templo de Jerusalén, para así atraer las ofrendas de los habitantes de su norteño reino solo a los lugares santos que él mismo había erigido.
Es posible que ambos becerros hayan sido inspirados por el toro que representaba a El, dios cananeo por excelencia.
No resultaba imposible cambiar la mentalidad de la gente haciendo que Jehová tomase la forma del anterior dios semítico, El. Al fin de cuentas Jacob había sido rebautizado IsraEl “(porque luchó con(tra) El y los hombres y has vencido).” Génesis 32:28.
Jeroboam ubicó el punto de ruptura con Judá mucho antes de su disputa con Salomón, y se remontó a los días del sacerdote Elí. Obviamente, se refería al lugar donde adorar, una acción decisiva en toda teocracia.
Jeroboam inició una tradición de las tribus del norte en el sincretismo, la amalgama de dos o más tradiciones culturales sin una coherencia sustancial entre sí. Su política idolátrica de fomento del sincretismo fue seguida por todos los reyes de Israel, y provocó la desaparición del Reino a manos de Asiria. En cuanto a Judá, le sobrevivió 135 años hasta que, por motivos similares, fue arrasado por Babilonia.
Samaria
“A un cierto Sémer le compró el cerro de Samaria por sesenta y seis kilos de plata, y allí construyó una ciudad. En honor a Sémer, nombre del anterior propietario del cerro, la llamó Samaria“.
1 Reyes 16:24
Omrí (en hebreo moderno,ʿOmriyya; en español: “Yahveh es mi vida“) fue uno de esos reyes efímeros sucesores de Jeroboam.
Omrí era “comandante del ejército” de Ela, cuando éste fue asesinado por Zimri, el jefe de la caballeriza del monarca; pero las tropas eligieron a Omrí como rey de Israel quien asedió la capital, Tirsá, donde se encontraba Zimri, quien se suicidó dentro del palacio.
Sin embargo, “la mitad del pueblo” apoyaba a Tibni, otro aspirante al trono.
Le llevó tiempo a Omrí subyugar a Tibni.
Cuando lo consiguió, Omrí construyó su nueva capital, Samaria, en una colina comprada al tal Sémer por dos talentos de plata (66 kilos).
Pero Omrí practicaba el henoteísmo, que comparte con el politeísmo la creencia en varios dioses, aunque no los considera tan dignos de veneración como el dios propio del henoteísta. Y comparte con el monoteísmo la creencia de que sólo un único dios es merecedor de adoración, aunque no niega frontalmente la existencia de otros dioses.
En cualquier caso, él no cumplía con la Ley de Jehová.
“No tengas otros dioses además de mí.”
Éxodo 20:3.
En 726-722 a. C., Salmanasar V, rey de Asiria, invadió el Reino de Israel y sitió la ciudad de Samaria. Luego de tres años terribles, la ciudad cayó y los ciudadanos de Israel (Samaria) fueron tomados cautivos y deportados, al mismo tiempo que otros pueblos del Imperio Asirio fueron trasladados a Israel.
Sargón asegura en los anales asirios haber deportado a 27.290 habitantes de Samaria.
Entonces los samaritanos descienden de los pobladores extranjeros llegados a Samaria pero ellos siempre reivindicaron ser los descendientes de los israelitas del Reino de Israel que permanecieron en Samaria tras la deportación.
Guerizín
En tiempos bíblicos, Samaria se extendía desde el mar Mediterráneo hasta el valle del Jordán, incluyendo el Monte Carmelo y el Valle de Sarón.
Según la Biblia, la región conocida como Samaria la tomaron los israelitas a los cananeos y descendientes de José.
El término Cisjordania es un neolatinismo que se arraigó durante el periodo en que el territorio estuvo ocupado por Jordania (1948-1967).
Antes, la denominación tradicional era Judea y Samaria (la propia ONU lo usó en el Plan de Partición de Palestina, de 1947).
Durante unos 400 años (1516-1918), inmediatamente anteriores a la 1ra. Guerra Mundial, el área actualmente conocida como Ribera Occidental o Cisjordania estuvo bajo dominio del Imperio Otomano, como parte de la división administrativa de la provincia de Siria Otomana.
Como consecuencia de su derrota en la 1ra. Guerra Mundial, el Imperio Otomano perdió la región, pasando a manos británicas con la creación del Mandato Británico de Palestina.
La denominación Cisjordania se extendió a partir de 1948/1949 como concepto geopolítico que permitía diferenciarlo de Transjordania («más allá del Jordán»), es decir, la actual Jordania.
Transjordania cambió oficialmente el nombre del país en 1950 al anexionar en un solo Estado, Jordania, ambos lados del Jordán —Cisjordania y Transjordania—, algo que no fue reconocido por la comunidad internacional.
En Israel se le sigue denominando por sus tradicionales y milenarios nombres bíblicos, es decir Judea y Samaria.
Los samaritanos profesan el samaritanismo, una religión abrahámica relacionada con el judaísmo porque se sustenta en una Torá adaptada.
Su culto se centra en el monte Guerizín en vez del monte Sión, en Jerusalén.
En Guerizín los samaritanos levantaron un templo, a mediados del siglo V a. C., destruido por Juan Hircano, etnarca y sumo sacerdote de Judea, el último de los hijos de Simón Macabeo, en el año 128 a. C. Los samaritanos siguen rindiendo culto entre las ruinas de ese lugar.
El samaritanismo se basa en los siguientes dogmas:
- La Ley fue dada por Dios a Moisés, quien es el único profeta.
- Solo hay un único y verdadero Dios (YHWH).
- La Ley fue dada por Dios a Moisés, quien es el único profeta.
- Los Libros de la Ley de Moisés (Pentateuco) son los únicos inspirados.
- El Monte Guerizín, y no Jerusalén, es el único lugar escogido por Dios como santuario verdadero, sede de su santidad. (“Cuando el Señor su Dios los haya hecho entrar en la tierra que van a poseer, ustedes bendecirán al monte Guerizín y maldecirán al monte Ebal. Esos montes están al otro lado del Jordán, hacia el oeste, en el territorio de los cananeos que viven en el Arabá, en la vecindad de Guilgal, junto a las encinas de Moré“, Deuteronomio 11:29-30).
- Los sacerdotes son los intérpretes de la ley y los guardianes de la tradición.
Ellos aceptan:
- El Mesías.
- El Día del Juicio Final.
- El Cielo y el Infierno.
La versión samaritana de los 10 Mandamientos afirma que el último mandamiento es el que exige que se construya un altar en el monte Guerizín, para que se adore a Jehová, una vez que los israelitas se hayan asentado en Canaán.
Pero el 1er. mandamiento de la Tabla dada a Moisés, lo consideran una presentación, y el 2do. de Éxodo 20 es el 1ro. de ellos.
De todos modos, los samaritanos han sobrevivido a más de 14 siglos de dominación musulmana.
Los samaritanos prefieren no participar del conflicto entre palestinos e israelíes.
A causa de su población reducida, su endogamia y su negativa a aceptar conversos, los samaritanos han tenido problemas de enfermedades genéticas y de reproducción. Sólo en tiempos recientes han aceptado que los hombres de la comunidad se casen con mujeres no samaritanas (judías), afirma Wikipedia.
Jerusalen
La relación entre judíos y samaritanos fue muy complicada cuando, finalizado el cautiverio de 70 años en Babilonia, los judíos, comandados por Zorobabel, empezaron a regresar a Jerusalén para intentar reconstruir su templo.
Primero, los regresados erigieron y dedicaron el altar de Dios en el lugar exacto donde había existido en el Templo que levantó Salomón, y luego despejaron los montones de escombros carbonizados que ocupaban el sitio del antiguo Templo; y en el segundo mes del segundo año (535 a. C.) pusieron los cimientos del Segundo Templo.
Los samaritanos ofrecieron cooperar en la obra. Sin embargo, Zorobabel y los ancianos declinaron esa oferta, sosteniendo que los judíos debían construir el Templo sin ayuda.
Según el relato de Esdras, los samaritanos trataron de frustrar la tarea:
“(…) Además, el comandante Rejún y el cronista Simsay enviaron a Artajerjes una carta en contra de los habitantes de Jerusalén. La carta decía:
El comandante Rejún y el cronista Simsay escriben esta carta, junto con sus compañeros los jueces, gobernadores y funcionarios de Persia, Érec, Babilonia y Susa (es decir, Elam).
Esta carta la suscriben también las demás naciones que el grande y noble Asnapar llevó cautivas y estableció en la ciudad de Samaria y en las otras provincias al oeste del río Éufrates.
Al rey Artajerjes, de parte de sus siervos que habitan al oeste del río Éufrates:
Sepa Su Majestad que los judíos enviados por usted han llegado a Jerusalén y están reconstruyendo esa ciudad rebelde y mala. Ya están echados los cimientos.
Sepa también Su Majestad que, si esta gente reconstruye la ciudad y termina la muralla, sus habitantes se rebelarán y no pagarán tributos, ni impuestos ni contribución alguna, lo cual sería perjudicial para el tesoro real.
Como nosotros somos vasallos de Su Majestad, no podemos permitir que se le deshonre. Por eso le enviamos esta denuncia.
Pida Su Majestad que se investigue en los archivos donde están las crónicas de los reyes que lo han precedido. Así comprobará que esta ciudad ha sido rebelde y nociva para los reyes y las provincias, y que fue destruida porque hace ya mucho tiempo allí se fraguaron sediciones.
Por eso le advertimos que, si esa ciudad es reconstruida y la muralla levantada, Su Majestad perderá el dominio de la región al oeste del Éufrates.“
Esdras 4:8-16
Y la obra fue suspendida. Siete años más tarde, Ciro el Grande murió, le sucedió su hijo Cambises, y hacia 522 a.C. el rey fue Darío I, quien autorizó la continuidad de la obra, que fue finalizada en la primavera de 516 a. C., más de 20 años después del regreso del cautiverio. Aquella demora fue imperdonable para los judíos. Fundamento de la discriminación hacia los samaritanos, una tradición que Jesús enfrentó predicando en Samaria a partir de la conversión de la mujere samaritana.
Ahora
Samaria ha sido dominada por egipcios, hebreos, asirios, babilonios, persas, helenos, romanos, bizantinos, árabes, cruzados, turcos otomanos e ingleses. Hoy día, se encuentra bajo dominio de los israelíes aunque legalmente es de los palestinos.
Esto ocurrió en la Conferencia de San Remo (1920), que confirmó lo acordado en la 1ra. Conferencia de Londres, realizada algunos meses antes.
La Resolución de San Remo incorporó la Declaración Balfour, de 1917, ratificados ambos por la Sociedad de Naciones en el Tratado de Sèvres, de agosto de 1920, que otorgó mandato a Gran Bretaña sobre las regiones de Siria del sur -Mandato Británico de Palestina- y de Irak -Mandato Británico de Mesopotamia-, mientras que Francia obtuvo el control de lo que hoy son Siria y Líbano.
Tras la 2da. Guerra Mundial, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Resolución 181 del 29/11/1947, que ordenó la partición del Mandato Británico en dos estados independientes, uno judío y otro árabe.
Los países árabes rechazaron el plan de partición y declararon, en 1948, la guerra al Estado judío. Luego del Armisticio de 1949, la Línea Verde pasó la zona a administración jordana hasta 1967.
Hubo otro conflicto, en 1967, e Israel le quitó Cisjordania a la monarquia hachemita (Guerra de los Seis Días).
Desde entonces, Israel administró Cisjordania bajo un régimen militar, hasta que en 1982 estableció para los territorios palestinos un organismo específico, la Administración Civil (CA), que depende una unidad del Ministerio de Defensa de Israel.
Su mandato incluía atender tanto a los colonos israelíes como a la población palestina.
En 1980, Israel anexionó la parte oriental de Jerusalén conquistada en 1967, y aceleró la creación de nuevos asentamientos israelíes. Los colonos israelíes en Cisjordania casi triplicaron su población hacia 1995.
Numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), la más reciente fue la N° 2334, del 23/12/2016, consideran todos los asentamientos de Israel en Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán una “flagrante violación de la ley internacional” pero a Israel no le importa porque cuenta con el aval irrestricto de USA y Reino Unido, ambos con poder de veto en el Consejo de Seguridad, máxima instancia de la ONU.
Desde diciembre de 1987 ocurrió la 1ra. Intifada, que comenzó en la Franja de Gaza y se extendió por toda Cisjordania, hasta 1993, cuando comenzaron las negociaciones de paz en Oslo, Noruega.
En 1988, Jordania renunció a sus pretensiones soberanas sobre el territorio, y Cisjordania integró el Estado de Palestina, reconocido por 137 países, pero no por Israel, que lo somete por la fuerza.
En 1995 ocurrió el acuerdo Oslo II o Acuerdos de Taba, que esbozó las bases de la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) a la que fue transferida la administración de la Franja de Gaza y de parte del territorio de Cisjordania, excepto Jerusalén Este.
Cisjordania fue dividida en tres:
- área A, bajo control civil y policial de la ANP;
- área B, bajo control civil de la ANP y control militar conjunto con Israel;
- área C, bajo control militar exclusivo y control civil casi total de Israel.
El 62% de Cisjordania es zona C.
En septiembre de 2019, el primer ministro Benjamin Netanyahu prometió extender la soberanía de Israel sobre el valle del Jordán a toda Cisjordania, si fuese reelegido. El Área C (66% del territorio palestino de Cisjordania) pasaría a formar parte de Israel exceptuando la ciudad de Jericó que pertenece a la zona A.
Netanyahu no ganó sino que integra un gobierno de convivencia transitoria, pero de todos modos intentó avanzar con su ambición.
El diario Israel Hayom, muy próximo a Netanyahu, citó a Morton Klein, presidente de la Organización Sionista de USA, diciendo que la Casa Blanca le ha prometido que la ‘luz verde’ para la anexión se producirá en los próximos 45 días.
Por su parte, el expresidente de la Kneset o Legislativo, Avraham Burg, ha dicho que es muy difícil ponerle una fecha a la anexión debido a la “falta de transparencia” que rodea al asunto.
Dependerá del resultado electoral de Trump, probablemente. En cualquier caso, es tierra que no tiene paz. La corrupción de Salomón le ha sobrevivido aún cuando él se arrepintiese. Todo lo que hacemos tiene consecuencia. Siempre.
