En un mundo cada vez más inestable ¿qué le queda al joven cristiano? “Me voy del país” Las últimas semanas en Argentina estuvieron caracterizadas por la acentuación de laincertidumbre.Aunque es un síntoma de la población general, es a las juventudes a las que particularmente se les dificulta vislumbrar una solución real y segura en el…
En un mundo cada vez más inestable ¿qué le queda al joven cristiano?
“Me voy del país”
Las últimas semanas en Argentina estuvieron caracterizadas por la acentuación de laincertidumbre.Aunque es un síntoma de la población general, es a las juventudes a las que particularmente se les dificulta vislumbrar una solución real y segura en el país.
Ante medidas económicas restrictivas, se han instalado en redes sociales y en la agenda de conversaciones cotidianas las frases “me voy del país”, “lo mejor es irse”, “acá no hay futuro”.
Alentados por los más grandes que aconsejan “aprovecha que sos joven para irte”, los jóvenes se encuentran en unaencrucijada entre ideales e imposiciones.
Las encuestas tradujeron a números el sentimiento colectivo reinante desde incluso antes de las regulaciones cambiarias. Tal como indicó la consultora Taquión Research Strategy,8 de cada 10 jóvenes se irían del país si tuvieran las condiciones para hacerlo.
Además, de acuerdo al Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el sentimiento mayoritario de los argentinos respecto al país, es preocupación.
A pesar que son múltiples los condicionantes sociales y culturales, uno de los principales es la superación de la falacia nacionalista que llamaba a los forjadores de la república a buscar el progreso como objetivo común (“hay que quedarse a remarla”).
Para las nuevas generacioneslas posibilidades están en el mundoy no dentro del territorio delimitado de una Nación-Estado.
Sin embargo, salvando diferencias geopolíticas, este panorama no es excepcional ni se restringe a la Argentina. Sino que se replica en un planeta cada vez más globalizado.
En este mundo caracterizado por la crisis humanitaria de migrantes, la emergencia climática y la pandemia que profundiza la volatilidad económica, la estabilidad es un ideal cada vez más lejano.
¿Qué expectativas pueden tener aquí los jóvenes cristianos? ¿Un mundo predecible? ¿Comodidad? ¿Algún país con “futuro”?
No son de este mundo
La frase bíblica “no somos de este mundo” ha sido manipulada a conveniencia de diversos grupos religiosos de acuerdo a su conveniencia. Pero ¿qué quiere decir realmente?
En el evangelio de Juan, Jesús les dice a sus discípulos que Él ya había vencido al mundo, tal como indicaban lasprofecías.En sus palabras:
“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”. (Juan 16:33)
Un tiempo después a darles esta seguridad, Pilato increpa a Jesús en las horas previas a la crucifixión para encontrarle un motivo de acusación que justifique el asesinato. Le pregunta en Juan 18: 33-36:
“¿Eres tú el rey de los judíos?
¿Eso lo dices tú —le respondió Jesús—, o es que otros te han hablado de mí?
¿Acaso soy judío? — replicó Pilato —. Han sido tu propio pueblo y los jefes de los sacerdotes los que te entregaron a mí. ¿Qué has hecho?
Mi reino no es de este mundo —contestó Jesús—. Si lo fuera, mis propios guardias pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo”.
El principio expresado aquí por el propio Mesíasinstituye la meta del cristiano más allá de la realidad inmediata, en un objetivo espiritual verdaderamente altruista.Así también lo entendió y enseñó el apóstol Pablo en las cartas incluidas en la Biblia. A los corintios por ejemplo les dijo:
”Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo”. 1 Corintios 10:3-5
También en Romanos dice:
“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”. Romanos 12:2
Pero entonces, ¿qué implica vivir en el mundo pero no ser del mundo?
Aquel destino soñado
Las juventudes de todas las épocas han soñado con sitios que le brinden los desafíos que les permitan crecer y a su vez la comodidad suficiente. Asimismo han buscado forjar ambientes justos, bellos y rodeados de los seres queridos para asentarse.
Lo que para un joven secular es una consigna que merece políticas y planes de acción,para los cristianos sólo es posible en el futuro Reino de Dios.
No obstante, esto no significa que el creyente sea llamado a la pasividad. Ni en el registro bíblico y mucho menos en el perfil del Mesías aparece esta actitud como una respuesta a los problemas.
Jesús caminaba kilómetros sin hogar estable porque sabía que tenía poco tiempo para cumplir la misión a la cual había sido llamado.Su objetivo estaba puesto más allá de las condiciones inmediatas,aunque eso no le impidió ejercer los cambios culturales y sociales que su contexto ameritaba.
Entonces, en este mundo cada vez más inestable, ¿qué le queda al joven cristiano actual? De la misma manera que a Cristo,el llamado se replica.Porque lamentablemente, al mundo sólo le esperan más desastres e injusticias. Así lo enumera Mateo 24:
“Ustedes oirán de guerras y de rumores de guerras, pero procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin. Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos por todas partes. Todo esto será apenas el comienzo de los dolores. Entonces los entregarán a ustedes para que los persigan y los maten, y los odiarán todas las naciones por causa de mi nombre. En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán; y surgirá un gran número de falsos profetas que engañarán a muchos. Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo”.
Se puede esperar y trabajar por un futuro cercano mejor, ya sea en el sitio de origen o más allá de las fronteras. Se pueden buscar nuevos destinos, romper con las imposiciones y trabajar por la estabilidad.
Pero los jóvenes cristianos saben que en este mundo tendrán aflicción porque ellos no son de este mundo. Aquella búsqueda puede durar una vida entera, porque aquel destino soñado no tiene correlato en la realidad de un mundo hostil.
Los creyentes en Dios pueden desarrollarse, conocer y crecer a nivel profesional y personal. Pero esonunca debe sobreponerse a la verdadera meta,porque ellos saben que, en definitiva, “¿de qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?” (Marcos 8:36).