Jeffrey Epstein es sólo la punta de la pirámide en la serie “Jeffrey Epstein: asquerosamente rico”. Jeffrey Epstein es sólo la punta de la pirámide La historia del magnate acusado deprostitución de menores y de múltiples abusosacaparó los medios luego del estreno de Netflix el mes pasado. El documental “Jeffrey Epstein: asquerosamente rico” está…
Jeffrey Epstein es sólo la punta de la pirámide en la serie “Jeffrey Epstein: asquerosamente rico”.
Jeffrey Epstein es sólo la punta de la pirámide
La historia del magnate acusado deprostitución de menores y de múltiples abusosacaparó los medios luego del estreno de Netflix el mes pasado.
El documental “Jeffrey Epstein: asquerosamente rico” está constituida por cuatro capítulos centrados en las semejanzas y diferencias de los crudos relatos de las víctimas, que salieron a la luz una vez más, a casi un año de su muerte.
La producción fue dirigida por Lisa Bryant y está basada en el libro homónimo (2016) escrito por James Patterson y coescrito por John Connolly y Tim Malloy.
Una periodista comienza un reportaje sobre el financista neoyorkino para la sección de sociedad, desconociendo la trama delictiva detrás de su riqueza. Sin buscarlo, fuente tras fuente descubre la lógica que seguían Epstein y Ghislaine Maxwell, su pareja en aquel momento, para perpetuar abusos.
La serie recorre los testimonios de mujeres, policías, testigos y otros personajes claves que hilan el desenvolvimiento de la historia. De este modo, deja al desnudo no sólo la mente perversa del abusador sino también la libertad que le otorgó la justicia, el poder político y una élite de millonarios para extender los daños por décadas.
En el mismo contexto en el que resurge el caso, miles de usuarios de las redes sociales se manifestaron en contra del sistema piramidal que sustenta a marcas e industrias (por ejemplo Nuskin). Esta metodología supone que a mayor cantidad de personas reclutadas como vendedoras, mayor es la ganancia y más se escala en la pirámide.
De forma análoga, Epstein se aseguraba la perpetuidad de sus abusos.Primero contactaba a una joven, la presionaba para que capte a otras menores y en retribución le pagaba mayores sumas por cada nueva víctima.
“Por encima de la ley”
Según la producción de Netflix, Epstein era una persona que “encaja en el perfil de creer que está por encima de la ley. Se deleitaba en ser un hombre misterioso que no se molestaba en vestirse bien. No se molestaba en ir a restoranes. Y le gustaba esa intriga que se creaba sobre él”.
Por otro lado, su modus operandi se valía de la personalidad de su pareja, Ghislaine Maxwell ya que “era una muy sociable, carismática y alegre”.
Cuando el complot se reveló, las sobrevivientes lograron contar que ambos las comerciaban con otras personalidades ligadas a ilegalidades semejantes, como Kevin Spacey y Harvey Weinstein.
Pero además, otras figuras como el empresario Leslie Wexner, Bill Clinton, el príncipe Andrés y hasta Donald Trump terminaron vinculadas al magnate.
La única garantía que le permitía efectuar toda clase de delitos a plena luz del día era la riqueza y el poder. Con el dinero compraba propiedades, documentos falsos, fianzas, silencios y complicidades. Con el poder conseguía registrar imágenes comprometedoras de otros poderosos para chantajearlos y así hallarse “por fuera de la ley”.
A pesar que se complacía en la libertad, el largo camino hacia su enjuiciamiento empezó con la primera denuncia en 1996 de Maria y Annie Farmer.
En 2008 fue condenado por prostitución de menores aunque con una pena mínima de 18 meses de cárcel gracias a un acuerdo con el ex fiscal Alexander Acosta.
La ilegalidad de aquel pacto se evidenció en el diario Miami Herald que publicó la investigación “Perversion of Justice” en noviembre del 2018 y posteriormente ganó un Pulitzer.
Pero no fue hasta 2019 que la Justicia corroboró la información recopilada por la prensa y un juez federal declaró indebida la excarcelación del magnate. En julio fue arrestado y acusado por tráfico sexual de menores.
Sin embargoantes de recibir la sentencia, el 10 de agosto, el financista se suicidó en su celda del Centro Correccional Metropolitano de Manhattan.
El resto de la pirámide
Las victimas afirman que el artificio piramidal que sostenía los abusos sistemáticos requería del rol de otros copartícipes, aún en libertad.
Así sucede con Ghislaine Maxwell que, si bien niega su implicación, los relatos aunados la señalan como una “madama” que encubría y favorecía los delitos.
Pero tras separarse del millonario, desapareció de la vida pública y consiguió evitar ser identificada por la Justicia estadounidense. Pero la semana pasada algunos medios europeos dieron con su paradero provisorio en un departamento de París, puesto que cambia permanentemente de residencia.
Con todo, debido a la ley francesano puede ser extraditaday juzgada en Estados Unidos.
Otra figura de renombre retratado en la serie como “cliente” es el Príncipe Andrés. La sobreviviente Virginia Roberts Giuffre denunció haber sido coaccionada con tan solo 17 años para mantener relaciones sexuales con el duque de York, sin consentimiento alguno.
No obstante,la Corona lo respalday niega las acusaciones.
A raíz de la trascendencia de los hechos, actualmente el hijo de Isabel II forcejea a través de la prensa con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos. De un lado se acusa de violar las reglas de confidencialidad y desde el otro de no prestar colaboración en las investigaciones en curso.
Finalmente, otro protagonista de la historia y del argumento de la serie es el ex fiscal Alexander Acosta, responsable del acuerdo fraudulento que le otorgó la libertad a Epstein en 2008.
Luego de convertirse en Secretario de Trabajo tras la asunción del presidente Donald Trump, debió abandonar el cargo el año pasado por las repercusiones públicas que lo involucraron con el financista.
Acostatampoco tomó responsabilidadde los perjuicios sino que justificó su accionar al declarar que “ahora tenemos 12 años de conocimiento y de comprensión retrospectiva, y vivimos en un mundo muy diferente”.
