"Estamos aquí, porque no hay refugio para escondernos de nosotros mismos. Hasta que una persona se confronta a sí misma a los ojos y corazones de los demás, huye.Hasta que les permita compartir sus secretos, no tiene escapatoria.Temeroso de ser conocido, ni puede conocerse a sí mismo ni a los demás, estará solo.¿Dónde más sino…
“Estamos aquí, porque no hay refugio para escondernos de nosotros mismos. Hasta que una persona se confronta a sí misma a los ojos y corazones de los demás, huye.
CENTRO DI SOLIDARIETA DI SPOLETO, ‘DON GUERRINO ROTA’
Hasta que les permita compartir sus secretos, no tiene escapatoria.
Temeroso de ser conocido, ni puede conocerse a sí mismo ni a los demás, estará solo.
¿Dónde más sino en nuestros puntos comunes podemos encontrar ese espejo?
Aquí juntos, una persona puede manifestarse claramente, no como el gigante de sus sueños ni el enano de sus miedos, sino como un hombre, parte de un todo, con su contribución para ofrecer.
Sobre esta base, todos podemos echar raíces y crecer,
ya no solos como en la muerte,
sino viviendo para nosotros y para los demás.”
“¡Tarde te amé! Belleza, tan antigua y tan nueva, ¡tarde te amé!
AGUSTÍN DE HIPONA,
Tu estabas dentro de mi y yo estaba fuera y por fuera te buscaba
y me lanzaba sobre las cosas bellas que Tú creaste.
Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.
Me tenían atado lejos de ti, esas cosas que,
si no estuviesen sometidas a Ti, dejarían de existir”.
“Confesiones”
“No importa cuan equivocados puedan estar funcionando las otras personas.
MAHARISHI MAHESH YOGI,
No nos preocupa como lo hacen los demás.
Lo que sí nos importa es cómo lo hacemos nosotros,
qué es lo que nosotros somos;
nos enfocamos en ese potencial infinito de gracia divina;
vivimos ese campo de la vida y dejamos que nuestro ejemplo sea seguido
por todas las otras personas.”
Fundador del Programa Meditación Trascendental
por EDGAR MAINHARD
El psiquiatra social sudafricano, Maxwell Shaw Jones, es considerado el fundador del concepto de Comunidades Terapéuticas (CTs), que él utilizó para tratamientos de salud mental desde 1952. Transitaron experiencias similares Ronald Laing y David Cooper.
Jones se enfocó en atender los casos de PTSD (Post Traumatic Strress Disorder) entre prisioneros torturados y otras personas que habían sufrido tratos degradantes durante la 2da. Guerra Mundial.
El PTSD aún no se llamaba PTSD pero el enfoque era concreto. A lo largo de los años ’50, el concepto de Comunidad Terapéutica tuvo un notable desarrollo como sustituto de los hospitales psiquiátricos, primero en Inglaterra y más tarde en USA, y también en algunos países del Norte de Europa.
El modelo de Jones para la salud mental fue recomendado por los comités de expertos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), en 1953, 1957 y 1959, como un recurso a implementar en los países, y esto fue así hasta los años ’80, cuando comenzó a prevalecer la idea del tratamiento ambulatorio o desinternamiento, en parte por la necesidad de reducir los presupuestos financieros que demandaban las políticas sanitarias de los gobiernos.
Esta serie de notas comenzó en:
En la Argentina, curiosamente durante un gobierno cívico-militar (el de la llamada Revolución Argentina), se avanzó en un plan interesante a partir de la dirección del Instituto Nacional de Salud Mental en manos del coronel médico Julio Ricardo Estéves, médico neurólogo, quien adoptó la forma de trabajo de Comunidades Terapéuticas, convocando a
- Mauricio Goldenberg (había dirigido el Servicio de Psicopatología del Policlínico de Lanús), y a su vez a Wilbur Ricardo Grimson en el Hospital Estévez (de Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires);
- Luis César Guedes Arroyo, en el Hospital Neuropsiquiátrico Roballos (de Paraná, Entre Ríos);
- Julio J. Herrera, en el Hospital Psiquiátrico “El Sauce” (Mendoza);
- Raúl Camino, en Colonia Federal (también Entre Ríos). Grimson lo relató en su libro “Sociedad de Locos”.
Semejante inicio provoca en algunos una confusión evidente, al asociar CTs con psiquiatría cuando las CTs, más recientemente, resultan una herramienta en el tratamiento de las adicciones, y el consumo de drogas no tiene vínculo con la salud mental, resultando un error muy grave confundir ambas enfermedades, tal como sucede hoy día en la Argentina con la Ley de Salud Mental vigente.
En USA el concepto de CT comenzó a utilizarse en toxicodependientes cuando Charles Dederich, alcohólico rehabilitado, descubrió que el modelo ambulatorio de Alcohólicos Anónimos (AA) no era eficaz para el tratamiento de los adictos a las drogas, quienes necesitaban implementar el aislamiento o la residencia en “casas” libres de drogas.
Pero el consumo de la heroína, la cocaína, la marihuana y las anfetaminas precisaban una atención diferente y específica.
Alcohólicos Anónimos había nacido en 1935, consecuencia de la convergencia entre el corredor de Bolsa, William Griffith Wilson, y el cirujano Bob Smith, en Akron, Ohio (USA), ambos con problemas de exceso en bebidas ‘espirituosas‘, y con la ayuda de la hermana enfermera Ignaciana, Mary Gavin, desarrolló un programa regido por 36 principios, divididos en 12 pasos, 12 tradiciones y 12 conceptos para el servicio mundial.
Progetto Uomo
En los años ’70, las drogas comenzaron a tomar posesión de los centros urbanos, escalando progresivamente a una tendencia sociocultural, exigiendo respuestas concretas inmediatas, no sólo desde lo médico-sanitario, sino más bien a nivel humano, espiritual y de valores.
El siguiente concepto es decisivo para el éxito de un tratamiento: trabajar sólo desde lo médico-sanitario, no resuelve la adicción. Por lo tanto, aquello que inicialmente era un enfoque de primeros auxilios adquirió gradualmente las características de especialización.
En Roma, en la escuela de CeIS fundada por Mario Picchi, con el patrocinio de New York DayTop Village, fueron capacitados los primeros operadores.
Mario Picchi -no confundir con el obispo católico Mario Picchi, quien fue titular del obispado de Venado Tuerto (Provincia de Santa Fe, Argentina), involucrado en una estafa, junto a su colaborador José Luis Cora, acerca de la fabulosa herencia de Juan Feliciano Manubens Calvet- fue el creador del Centro Italiano de Solidaridad (CeIS) y de Progetto Uomo (Proyecto Hombre) para la recuperación humana y social de los jóvenes drogadictos.
Ordenado sacerdote católico apostólico romano en Tortona en 1957, el Mario Picchi “bueno”, trabajó en el Piamonte en 1967, y luego en Roma como capellán laboral en el Taller de Asistencia Pontificia.
Picchi comenzó a frecuentar el territorio romano entre Campo de Fiori, plaza de Santa María de Trastevere y plaza de España, donde se citaban ‘camellos’ y toxicómanos. Picchi comenzó a escucharlos y a intentar proporcionalres cuidados y formación, en el marco de valores del voluntariado: gratuidad, solidaridad, justicia.
En 1968 empezó a reunir a grupos de voluntarios, consolidados a partir de 1970 en el CeIS, una de las experiencias más significativas de la lucha contra las drogas en Italia y el resto de Europa.
A partir de los años ’70, él se enfocó en la lucha contra las drogas, convirtiéndose en un importante activista, tal como Pierino Gelmini, Luigi Ciotti, Vincenzo Muccioli, Oreste Benzi y Vittorino Andreoli.
El inicio fue un pequeño zaguán siempre abierto hacia la calle, en la plaza Benedetto Cairoli, en el centro de Roma, en un inmueble de la Santa Sede cedido por el papa Pablo VI.
En 1983 él abrió su modelo de recuperación “Progetto Uomo”, incluyendo técnicas de psicoterapia grupal como psicodrama y sociodrama, convocando a Ottavio Rosati, Zerka Moreno y Lewis Yablonsky, para aplicarlo en la Escuela “Casa del Sole” en Castelgandolfo, donde estimuló la formación de operadores terapéuticos.
En 1981, él fue promotor y luego presidente de la Federación Italiana de Comunidades Terapéuticas (FICT), como un lugar para comenzar un intercambio de experiencias.
Fallecido en 2010, en febrero de 2016, el papa Francisco visitó CeIS para homenajear su trabajo y en marzo de 2019, el cardenal vicario de Roma, Angelo De Donatis, aprobó la causa de lbeatificación y canonización de Mario Picchi.
CeIS es un capítulo fundamental de la tarea que realiza el arzobispo Salvatore Fisichella, más conocido como Rino Fisichella, lingüista, teólogo y profesor italiano, a cargo del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, o sea nuevas formas y temáticas de alcanzar a las personas.
De acuerdo a CeIS, “Progetto Uomo” no es una metodología específica o un credo filosófico ni mucho menos una terapia, sino un conjunto de principios y valores que guían la acción de quienes colocan a la persona humana en el centro de la historia, un protagonista liberado de toda esclavitud, “enfocada en la búsqueda del bien, de las libertades, de la justicia. Es la mejora de la identidad de uno, respetando la de los demás, mejorando el diálogo y la cooperación.”
CeIS afirma tratar de tener una visión “correcta” de las personas. “Fortalecer esta visión significa brindar a los jóvenes la posibilidad de no necesitar más sustancias para ser ellos mismos.”
El CeIS comenzó aplicando la metodología vivencial característica de la comunidad de Daytop, en la cual ex – usuarios del programa adiestraban a los que iban a ser luego terapeutas o miembros del staff de la nueva comunidad.
Otra característica era que los nuevos terapeutas, en su estancia en la CT, asumían el rol de los internos y pasaban por las diferentes fases en las que se constituía el tratamiento, tal como en las CTs tipo Asociación Nazareth.
Sin embargo, el potencial del Progetto Uomo (Proyecto Hombre), fue la implementación activa de la familia del consumidor de drogas. Este modelo de tratamiento ha ido evolucionando y se ha implementado en diferentes países.
El llamado “Proyecto Hombre” se divide en tres fases:
** Recepción
** Comunidad terapéutica
** Reintegración.
La idea de Proyecto Hombre tiene aspectos muy interesantes tales como la propuesta del amor a todas las criaturas sin juzgarlas, sino respetándolas y ayudándolas, una condición indispensable para la mejora de la identidad propia a partir del respeto de los demás, apuntando a la mejora del diálogo, el intercambio y, en esencia, la calidad de las relaciones y la vida.
La pedogogía del respeto a la “diferencia” en contraposición a la indiferencia, e invitar a asumir la diversidad del otro como un valor; y el enriquecimiento recíproco como un estímulo a la colaboración sin perder la unicidad, sin duda es revolucionario. Es un concepto que, de prosperar en el individuo, permite regresar al habitat e integrarse a él pero en una condición bien diferente.
Con el tiempo, el enfoque de las sustancias ha sufrido modificaciones y, en consecuencia, las respuestas terapéuticas tuvieron que adaptarse a las nuevas necesidades. Por ejemplo, el Centro de Solidaridad Spoleto, fundado por Guerrino Rota en 1975, ha agregado:
** Una recepción de diagnóstico en la que también se lleva a cabo la desintoxicación física.
** Una estructura de doble diagnóstico para personas que, además del problema de la drogadicción, tienen una comorbilidad psiquiátrica.
** El Proyecto Girasol, dirigido a aquellas personas que, a pesar de haber completado tratamientos, reanudan o no han interrumpido el consumo de alcohol.
** Y el Proyecto Mujer, dirigido a mujeres con problemas de adicción a las drogas, alcoholismo, trastornos psicológicos, trastornos alimenticios e incluso madres con hijos.
El cambio
CeIS comenzó a trabajar con Naciones Unidas, estableciéndose la Escuela de Formación de UNDFAC (Fondo de las Naciones Unidas para la Fiscalización y la Prevención del Uso Indebido de Drogas).
La dimensión espiritual se asociaba al ejercicio de la libertad, definida como la capacidad humana de orientar el comportamiento en base a valores (tales como la honestidad, la solidaridad, la generosidad, el amor responsable).
La toxicodependencia representaba, al mismo tiempo, un emergente de la crisis de valores de la sociedad contemporánea, de las dificultades de las familias para orientarse por ellos, y de la adhesión personal a valores negativos.
El CeIS enseña que los toxicómanos tienen una personalidad caracterizada por
** la baja autoestima y la desconfianza,
** el desafío a las figuras de autoridad,
** la culpabilización al entorno por sus problemas y
** por tener una imagen distorsionada de sí mismo, sentimientos agresivos e inestabilidad.
El proceso terapéutico representa un cambio de vida que llevaría a la transformación del usuario de drogas en un Hombre Nuevo, libre para la solidaridad y el amor.
Esta concepción señaló una ruptura con la idea de la adicción como enfermedad incurable, propia de los Programas de 12 Pasos; y cuestionó el énfasis en los aspectos biomédicos del problema, propios de la atención psiquiátrica tradicional.
La capacitación en el Proggetto Uomo modificó el perfil de quienes participaron: los operadores terapéuticos debían conjugar su espiritualidad y sus valores morales con el conocimiento científico del problema de las drogas, en una profesionalización que significó una ruptura con el hábito hasta entonces de que era suficiente haber pasado por una experiencia en las CTs.
En las Comunidades Terapéuticas Profesionales ya no existe una visión generalizada del paciente. El tratamiento es individualizado dentro de un programa general.
Así, la CT integra la cadena de intervenciones y tiene objetivos definidos en el organigrama asistencial, su capacidad de acción es delimitada, y a la vez potenciada por los recursos complementarios.
No existe una etiqueta común, sino un proceso evaluativo individual que tiene en consideración tanto factores comportamentales o de personalidad, como elementos sociológicos, fisiológicos, educacionales y culturales.
Una cuestión muy interesante incluído en la terapia contemporánea es el rol de la meditación.
La droga no produce nada por sí misma, sólo estimula partes del cerebro que producen las sensaciones.
La meditacion reemplaza a la droga como estimulador cerebral.
La meditación es una técnica, que requiere del entrenamiento del cuerpo y de la mente y cuyo objetivo es lograr la armonizacion de las ondas cerebrales en vigilia logrando un nivel de conciencia mas profundo y así una optimizacion de las capacidades cognitivas.
El objetivo es iluminar un momento, llevar hacia alli la atencion y resignificar la angustia que esa vision produce.
Sin la transformación de las impresiones, sin lograr el estado de “Atención” es imposible revertir el proceso de la adicción.
Ejercicio cotidiano de la meditación es una herramienta que permite acceder en forma amable a las puertas más internas y ocultas, donde protegemos nuestro verdadero ser.
Se trata de desarrollar un estado contemplativo completo y continuo, un estado de conciencia de la propia mente, alertas del propio cuerpo, las emociones propias, y los propiois pensamientos y eventos que ocurren.
No es una postura mística. Sin hacer valoraciones, sin justificaciones o escapes al pasado, sin fantasear con el futuro.
Se trata de conocer los límites y debilidades propias, y los manejos de auto boicot para superar los momentos de ansiedad o de angustia que hubieran llevado a actuar la compulsión.
La reconstrucción de valores
En Argentina, en la década de los años ’70, las comunidades de vida, integradas por personas que se proponían dejar las drogas por una profunda experiencia espiritual vivida en comunidad, representaron una alternativa residencial a la atención en los hospitales psiquiátricos.
Un pilar era la potencialidad del grupo de pares para transformar la vida de cada uno de los residentes.
Algunos de los referentes de las comunidades de vida comenzaron a tomar contacto con experiencias internacionales de comunidades terapeúticas (CT), fundamentalmente, Daytop Village y Proggetto Uomo.
La experiencia con mayor impacto en el devenir futuro de las CTs resultó, sin duda, el Programa Andrés, del pastor Carlos Novelli, que comenzó en 1973 en Villa Adelina, provincia de Buenos Aires.
Novelli, nacido en 1953, tenía 20 años, y joven adicto, a los 18 años había viajado a USA con motivos irregulares, pero un familiar o un amigo lo introdujo en una iglesia cristiana pentecostal, logró recuperarse de su adicción, modificar su enfoque de su vida, regresó al país y comenzó la tarea de recuperar a sus antiguos amigos y conocidos, logrando reunir a un grupo de colaboradores, adictos y evangelistas que el citado Grimson llamó “unidades de supervivencia”.
La base del tratamiento era sostener la abstinencia sometiéndose en forma voluntaria a las reglas de la comunidad. Horarios, sexo y agresión estaban prohibidos bajo pena de expulsión de la comunidad. Y el expulsado no podría reincorporarse a la CT. En 1986, Novelli reunió a todas las comunidades terapéuticas en FONGA (Federación de Organizaciones no Gubernamentales de la Argentina para la Prevención y el Tratamiento de Abuso de Drogas).
En aquellos días de Raúl Alfonsín, comenzó a explorarse la participación de la sociedad civil en la terapia de adicciones, y la relación especial que la Argentina mantenía con Italia permitió en 1987 el viaje de Novelli, Grimson y Silvia Alfonsín a la reunión anual de la Junta Internacional de Estupefacientes de Naciones Unidas, donde hicieron contacto con el Progetto Uomo, y se firmó tiempo después el proyecto AD/ARG/8787/525 para la creación de un centro que respondiera a la demanda local de formación profesional en el tratamiento de adicciones.
En aquel 1987, el Programa Andrés, del pastor Novelli, tenía 120 residentes, y se estrenó el Programa Viaje de Vuelta, dirigido por Jorge Castro; y el Centro Juvenil Esperanza, fundado por el pastor Carlos Sánchez, luego dirigido por el rehabilitado de Andrés, Rubén González, y al que se incorporó la psicóloga Adriana Agrelo, quien por el Cenareso recibió aquel año una de las becas de formación en Italia.
En total fueron 30 becas, de las que sólo se utilizaron 27, para capacitarse en CeIS, resultando la primera generación de Operadores Terapéuticos. Entre 1988 y 1990, profesionales del CeIS llegaron a la Argentina para capacitar a otra generación de Operadores.
Del Programa Andrés, origen de más de 20 CT, podría considerarse:
** En las comunidades de vida, el consumo de drogas es parte de un proceso de búsqueda personal de felicidad basada en valores invertidos, que prioriza lo material por sobre lo espiritual; entonces, el sujeto terminaba desesperado y solo, alejado de Dios.
** Dejar las drogas es consecuencia de una experiencia de desesperación en la que se clama por la ayuda divina. Dios provoca la transformación personal y el cambio de vida, que no se restringe al logro de la abstinencia, sino que involucra la totalidad de la existencia.
** Los especialistas, en las comunidades de vida son personas que han dejado las drogas gracias a una profunda experiencia espiritual vivida en comunidad. Y dan su testimonio para que otros se recuperen, como una forma de restitución por el bien recibido.
De todos modos, probablemente a partir del curso de Operador Socio Terapéutico, que dirigió Grimson desde 1997 en la Universidad Nacional de Quilmes, y la creación del Área de Drogadependencia, se consolidó la profesionalización de las terapias.
De todos modos, las rehabilitaciones más veloces y consolidadas siguen siendo las que se vinculan a valores religiosos. Probablemente porque asegura una reconstrucción más veloz de valores. Si faltara ratificarlo, acaba de conocerse el caso del actor Gastón Pauls: “Fui adicto a la cocaína y la pasé mal. Hace seis años que estoy recuperándome de mis adicciones”.
Él reveló detalles de su conversión religiosa en la que, según cuenta, tuvo mucho que ver el pastor evangélico Luis Palau: “Verlo predicar en el Monumento de los Españoles fue realmente impactante. Yo no tenía ningún tipo de acercamiento religioso evangélico, pero me conmovió la esperanza y la hermandad que había. No me hice evangélico, tal como muchos aseguran. La gente tiene la necesidad de etiquetar y yo no me sujeto a ninguna etiqueta. Tengo una relación con Dios hace 12 años pero no voy a ninguna iglesia en particular“.
“Hablo de mi recuperación en presente porque es una lucha día a día. No hay un alta y uno nunca se recupera definitivamente”, explicó. “En este momento de mi vida solo digo que voy a un grupo anónimo de recuperación, sin puntualizar cuál es. Voy porque me hace bien. Ahora cuando me miro al espejo, me gusto. Estoy contento con la imagen que me devuelve“, agregó.
“Entendí que dicción es decir y adicción es no decir. Hay que empezar a hablar. Vengo de un medio en el que se tapaba y se tapa todo. Todos sabemos la cantidad de excesos que existen y ya no puedo ni quiero ser parte de eso. Necesito seguir potenciando mi recuperación y eso lo hago compartiendo mi historia y escuchando las del resto. Así que voy, cuento mi parte en primera persona, armamos un espacio de diálogo y todos nos escuchamos”, reveló.