Vivir a la defensiva: razones y costos del enojo constante ¿Qué es la reactividad emocional? Hay personas que se sienten continuamente incómodas, que se enojan fácilmente, tienen tendencia a interpretar los dichos de otros como amenazas y se les dificulta regular los sentimientos. A esta característica se la denomina reactividad emocional y es un constructo…
Vivir a la defensiva: razones y costos del enojo constante
¿Qué es la reactividad emocional?
Hay personas que se sienten continuamente incómodas, que se enojan fácilmente, tienen tendencia a interpretar los dichos de otros como amenazas y se les dificulta regular los sentimientos.
A esta característica se la denomina reactividad emocional y es un constructo o concepto vinculado a la desregulación emocional.
Por su parte, la desregulación o disregulación emocional consiste en el control pobre sobre la propia expresión afectiva en distintas situaciones sociales. Se caracteriza por escasa flexibilidad y espontaneidad, falta de control y conductas disruptivas, según lo define el Colegio de Psicólogos de Madrid.
Por su parte, la Fundación Foro de DBT (psicoterapia que combina un tratamiento orientado al cambio con otro orientado a la aceptación) expone que “la desregulación emocional es el resultado de la vulnerabilidad emocional y la inhabilidad para regular las emociones”.
Del lado opuesto, la regulación emocional es la capacidad de modificar el propio estado emocional adaptado al contexto y orientado a los objetivos deseados por la persona. Técnicamente, es la capacidad de responder a las demandas del entorno retrasando o inhibiendo reacciones.
La reactividad emocional es un rasgo frecuente que lleva a un individuo aresponder de forma impulsiva, sin medir ni racionalizar emociones, sentimientos o pensamientos.A su vez, en formas extremas, puede llegar a formar estrechos vínculos con la depresión o la conducta adictiva.
Así descripto, se asemeja al comportamiento de un niño o adolescente. Lo que sucede es que en estas etapas lo ideal es aprender a controlar las propias acciones. Si eso no sucede, el adulto tendrá menos competencias para enfrentar escenarios de la vida.
Rigidez
La reactividad, como todas las malas gestiones emocionales, promueve relaciones complejas, pensamientos rumiantes, sentimientos de soledad e incluso depresivos. Pero las razones de su aparición son más profundas que un simple “mal temperamento”.
En gran medida, está asociada a la rigidez cognitiva o psicológica, que es la falta de flexibilidad y apertura para ver el mundo desde otra perspectiva.
Desde esta posición, la persona es llevada a observar los acontecimientos de manera unidireccional, en términos de causa-efecto.
No obstante, estas manifestaciones exteriores hostiles muchas veces esconden unego dañado o una autoestima débil.Es decir que se trata de un patrón mental gatillado como un instinto protector de la vulnerabilidad interna.
La resistencia que crea la rigidez no hace más que sostener y perpetuar la polarización de los eventos de la vida, la pasividad, el miedo a lo desconocido, al fracaso y una limitación a la creatividad.
Enojo inteligente
Hay 4 emociones básicas e intrínsecas al ser humano. Tales son la alegría, tristeza, felicidad y el miedo. Se puede inferir, entonces, que el enojo en sí mismo no es el problema.
Una frase conocida de Aristóteles incluida en Ética a Nicómaco, reza que “cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.
En esta línea, el autor y psicólogo Gustavo Bedrossian propone la categoría de enojo inteligente, dado que “no existe una vida sin enojos. Todos discutimos, peleamos, luchamos por las cosas que consideramos que valen la pena. Y eso está muy bien, ya que el enojo cumple una función importante. Pero debemos aprender a manejarlo para que nuestras explosiones no terminen lastimando a los demás, en especial a las personas que amamos”.
El punto es la proporción de la reacción, según Bedrossian. Resistirse y enfrentarse al enojo no muchas veces da resultados. Peroconectarse con uno mismo, tener actitudes de gratificación y saborear el bienestar son caminos más económicos para la persona.
El enojo puede llegar a ser positivo cuando no es una trampa, cuando permite salir, ya sea de la culpa, la vergüenza o la ira.
La propuesta, desde la perspectiva del enojo inteligente, no es reprimir las emociones sino identificarlas y encauzarlas en miras a un objetivo.
Para el autor, hay personas que son “enojados crónicos” porque siempre muerden el anzuelo de la ira. Aquí las claves son tres: la frecuencia, la intensidad y la duración del enojo. Si los indicadores dan en negativo, el psicólogo propone ejercicios fáciles de salida.
Ejercicios
Bedrossian sugiere escribir y describir los episodios de enojo. También pensar las experiencias en términos de salud y no buscando todo el tiempo justicia. Además, cuando es posible, descargar físicamente el enojo caminando o practicando un ejercicio físico.
Finalmente, el psicólogo destaca que salir de una posición egoísta y actuar por los demás es la mejor forma de aliviar la frecuencia de los enojos dado que el centro ya no es el “yo”.
Desde luego, pedir ayuda a un profesional siempre es una buena opción. En este sentido, es probable que para personas con tendencia a la reactividad sea más difícil, dado que puede leerse como una expresión de vulnerabilidad que, en realidad, atraviesa a todos los individuos del planeta.
Vencer esta resistenciaes un paso clave para desarrollar más y mejores habilidades.
Algunos de los aspectos que pueden fortalecerse en contra de la reactividad, la desregulación emocional y la rigidez son:
> Terapia de regulación emocional orientada a que la persona pueda identificar, entender y manejar sus emociones.
> Aprendizaje de estrategias para controlar los impulsos.
> Desarrollar tolerancia a la frustración.
> Aprender a gestionar la ira y la agresividad.
> Terapia de aceptación y compromiso.
> Adopción de herramientas que garanticen una comunicación fluida y eficaz.