Maradona, sincretismo y la religión del Dios lejano

La cofradía ha provocado interés global a causa de la fama y las controversias del ex jugador de fútbol hoy entrenador Diego Armando Maradona, y para ordenar su devoción enuncia sus 10 mandamientos, algunas modelos de plegarias y su calendario de celebraciones: 22/06, ‘Las Pascuas Maradonianas‘ y 29/10 la ‘Nochebuena y Navidad Maradoniana‘.

Pero también se lee en la página web de la comunidad una frase tan curiosa como polémica, que bien podría considerarse grotesca pero que mucho tiene que ver con la concepción de qué es la religión para los cofundadores, y se supone que es en sustitución de diezmos y ofrendas:

“La Iglesia Maradoniana está respaldada por Casino Online Argentina, el sitio web de revisión de casinos en línea de Argentina. Visite su sitio web para juegos gratuitos y reseñas de casinos online.”

La Iglesia fue fundada el 30/10/1998, cuando el objeto de su culto cumplía 38 años, en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina.

Los cofundadores fueron Alejandro Verón, Alonso Rivas Ortiz, Héctor Campomar y Federico Canepa.

Para algunos, se trata de una religión paródica, o sea una religión ficticia creada premeditadamente con el fin de usarse para parodiar a una religión, secta o gurú.

Sin embargo para otros, es un caso de sincretismo.

El sincretismo, en antropología cultural, es un intento de conciliar doctrinas distintas, que no guardan entre sí una coherencia sustancial.

El sincretismo religioso es una simbiosis entre dos cultos, que puede dar lugar al nacimiento de una nueva identidad cultural única, incluso manteniendo dos cultos distintos.

Esta afirmación está explícita en una afirmación del citado Alejandro Verón: «Tengo una religión racional, y esa es la Iglesia Católica, y tengo una religión en mi corazón, la pasión, y eso es Diego Maradona».

Según el Diccionario de las Religiones, el sentido antiguo de sincretismo se empleaba para designar la actividad de ciertos teólogos que se proponían lograr reconciliaciones, acuerdos entre doctrinas diferentes u opuestas, por medio de debates, confrontaciones públicas de las tesis presentadas.

La Iglesia de la Unificación es un caso de organización sincrética -fundada por el fallecido surcoreano Sun Myung Moon-, que pretende trascender las grandes religiones universales, uniendo el mesianismo coreano, las filosofías de Extremo Oriente y el cristianismo.

Si se habla de sincretismo sin duda irrumpe la Nueva Era o New Age, que algunos prefieren llamarlo “movimiento” en vez de o iglesia o secta o culto.

Sus creencias derivan de tradiciones religiosas y filosóficas judeocristianas pero también del ocultismo oriental, el hinduismo y el budismo. La Sociedad Teosófica (de mediados del siglo XIX), las obras de Helena Blavatsky (1831-1891) y Alice Bailey (1880-1949), son considerados precedentes de las ideas de la Nueva Era.

Desde los neopaganos a los practicantes del reiki, yoga, cábala, veganismo, meditación trascendental, acupuntura, superstición, sesiones con supuestos ángeles, cartas o tarot de los ángeles, espiritismo, adivinación, ecologismo basado en panteísmo, ayurveda, esoterismo y ocultismo, convergen en la Nueva Era.

El supermercado espiritual es variado. Sin duda, la sobrepoblación de creencias, alentada por una flexibilidad teológica extrema, es una estrategia para confundir la devoción aún de las personas de buena fe.

La cuestión central

En uno de los festejos de la Iglesia Maradoniana quedó en evidencia uno de los conceptos que estimula la devoción: “Tenemos un dios humano“, dijeron dos cofundadores.

Entonces, agregaron tales personas, un dios humano o requiere o posibilita y hasta facilita, un festejo humano.

Una pregunta inevitable: ¿Por qué ellos visualizan un dios inhumano? Es necesario aclarar que esto ocurre en una sociedad (la de la Argentina), donde el Estado financia a la religión católica apostólica romana por una disposición constitucional. Esto supone un compromiso especial entre gran parte de la sociedad y una determinada religión cristiana. Y debe recordarse que el cristianismo tiene como eje el Hijo de Dios hecho hombre, su sacrificio expiatorio y la redención que ofrece.

• ¿Será que el cristianismo ha elegido otras prioridades?

• ¿Acaso muchas personas perciben que ha cambiado el foco y, obviamente, lo que encuentran ya no contiene sus dudas, aflicciones y necesidades?

Es milenaria la idea del dios cercano, accesible, comprensivo. El propio pueblo de Israel construyó un becerro de oro para tocarlo, adorarlo y tocarlo en el mismo momento en que Moisés estaba en comunión con el propio Dios en el monte Sinaí.

En muchos, la idea de un dios humano consiste en una deidad que avale y legitime las conductas propias, sin duda un acto de pura vanidad y egocentrismo de parte de esas personas.

Pero, en otros casos, puede suponer la necesidad de eliminar intermediarios e interfases, por utilizar una palabra de la Edad Digital. Ellos sienten que el Dios que le enseñan está lejano, inaccesible y, entonces, hasta ausente.

El cristianismo es responsable de que se instale esta idea de su propio Dios.

El tema ha provocado hasta un libro: “Un Dios humano”, de Battista Borsato.

Borsato es párroco católico apostólico romano, director de la Oficina de Pastoral Familiar de la Diócesis de Vicenza (Italia) y director de Casa Mamre, un centro diocesano de educación al amor y la afectividad y de asesoramiento matrimonial. También es miembro de la redacción de la revista Matrimonio.

Borsato menciona a Dietrich Bonhoeffer, pastor protestante y teólogo luterano quien participó de la resistencia contra Adolf Hitler, y fue arrestado y encarcelado. Desde la cárcel, Bonhoeffer le escribió a su discípulo y amigo Eberhard Bethge, sobre “una lectura no religiosa de la Biblia”, “un cristianismo no religioso” y “un vivir ante Dios sin Dios”.

Bonhoeffer es recordado por su libro “Seguimiento – El costo de ser discípulo” o “El precio de la gracia”, de 1937, donde anticipa su propia muerte: «Cuando Cristo llama a un hombre, le ofrece a venir y morir».

La pregunta de Borsato se la han realizado muchos: ¿se alaba a Dios observando meticulosamente el culto y las leyes religiosas o comprometiéndose con la lucha por la justicia para que todos los hombres tengan la misma dignidad y oportunidades económicas?

Bonhoeffer, ejecutado en la horca en 1945, se escribía con Bethge y con sus propios padres, correspondencia publicada póstumamente bajo el título “Resistencia y Sumisión”, textos en los que desarrolla una visión crítica de las instituciones eclesiásticas cristianas; y con su novia Maria von Wedemeyer, libro titulado “Cartas de amor desde la prisión”.

Tegel reunió varios textos de Bonhoeffer y los publicó con el título “Ética”.

Bonhoeffer escribió una frase esencial: “Jesús nos llamó, no a una nueva religión, sino a una nueva vida”.

Estas ideas han estimulado un movimiento teológico cristiano denominado “Teología Secular”.

Desde la prisión Bonhoeffer propuso aceptar que el ser humano está hecho del límite que vive como criatura creada y en esa condición es en la que el ser humano debe relacionarse con Dios. Desconocer el propio límite es “una forma moderna de idolatría capaz de ocultar la auténtica situación de miseria ante Dios”.

Volviendo a Borsato, él escribe acerca del cristianismo como un “movimiento no religioso”, y también aborda debates tales como la supuesta debilidad de Dios y la responsabilidad del hombre. Además, si los sacramentos son símbolos religiosos o laicos, etc.

El interrogante hasta permite ironías. Por ejemplo, la del sacerdote católico Domingo Natal Álvarez, quien en su documento “Los debates actuales sobre Dios y la Religión“, comienza con esta reflexión:

“Desde que (Heinz Friedrich Bernhard) Zahrnt escribiera ‘A vueltas con Dios’, el problema no ha hecho sino aumentar. Es cierto que siempre hubo debate sobre Dios, los diversos dioses y su sentido para el hombre. De tal forma que sería más exacto hablar de los debates sobre Dios. Incluso algunos de los antiguos cuando se preguntaban si Dios había hecho el mundo respondían con presteza: De ninguna manera pues si sus ministros, los sacerdotes, nunca habían trabajado cómo habría de hacerlo su Jefe. Una ironía muy parecida recoge ya san Agustín en su Confesiones. (…)”.

Mucho antes, el filósofo Ludwig Feuerbach, sin humor alguno, en su libro “La esencia del cristianismo”, revisó las ideas creacionistas afirmando que Dios es una creación humana, y que a Dios atribuye el hombre sus propias cualidades humanas y en Dios refleja los deseos humanos no realizados.

En verdad toda esta cuestión parece remontarse a la abundancia de formalidad en las religiones cristianas cuando las personas esperan pruebas concretas de amor solidario hacia el prójimo.

Muchos cristianos han construido una imagen de Dios que no resulta aceptable para otros, y que además no es bíblica.

En definitiva, el debate no es nuevo. Probablemente Pablo ya lo tenía presente cuando le escribió a los cristianos de Filipos, no para amonestarles sino para agradecerles lo mucho que lo amaban y cuánto le habían ayudado, y en ese escenario les aconsejó: